Grand National Débat: La Entidad Fiscalizadora Superior francesa conectada con los ciudadanos

por Benjamin Negre y Maria Heyaca, Tribunal de Cuentas francés

Frente al movimiento de protesta por la subida del impuesto sobre la gasolina, el gobierno francés tomó medidas lanzando un Gran Debate Nacional para promover el intercambio directo con los ciudadanos. Esta consulta nacional pretendía arrojar luz sobre las preocupaciones de los ciudadanos en torno a cuatro temas principales: transición ecológica, fiscalidad, servicios públicos y democracia.

La consulta se dividió en dos fases: (1) intercambios entre los ciudadanos y los alcaldes de las ciudades a través de debates locales en los que se destacaron las cuestiones planteadas sobre los cuatro temas principales; y (2) opiniones y propuestas de los ciudadanos para abordar las preocupaciones sobre los cuatro temas principales, que se recogerían utilizando un sitio web específico.

Desde 1788 (año anterior a la Revolución Francesa) no se había celebrado en Francia una consulta tan amplia y diversificada.

Hubo más de 8.000 reuniones de iniciativas locales y casi dos millones de contribuciones, de las cuales más de 14.000 mencionaban específicamente a las entidades fiscalizadoras superiores y regionales francesas.

El proyecto: objetivo, metodología e importancia

No bastaba con leer los resúmenes del Grand Débat: la Entidad Fiscalizadora Superior (EFS) francesa quería saber más. El Centro de Apoyo Técnico, impulsado por el Departamento de Metodología y Análisis de Datos, desarrolló una metodología para analizar los resultados. El objetivo era sencillo: comprender las expectativas de los ciudadanos respecto a la EFS.

Los equipos de asistencia técnica recurrieron tanto a la inteligencia artificial como a la colectiva para abordar el reto del análisis. Entre las 14.000 contribuciones relevantes, se identificaron tres temas comunes: percepción general de la EFS; percepción de sus recomendaciones; y responsabilidad y sanciones de los contables públicos y gestores oficiales.

A continuación se crearon talleres en torno a estos tres temas, y 130 voluntarios -representantes de equipos técnicos y de la EFS a todos los niveles- se reunieron para leer, analizar y etiquetar el mayor número posible de contribuciones. Se organizó un taller técnico adicional para desarrollar herramientas de seguimiento de los resultados de los tres primeros talleres.

Didier Migaud, Primer Presidente del Tribunal de Cuentas, pronunció el discurso de apertura de este acontecimiento histórico.

Destacó la importancia de escuchar lo que se había expresado sobre la institución y señaló que “las instituciones financieras no están en una torre de marfil”.

Nadia Boeglin, responsable del programa National Grand Débat, aplaudió la iniciativa y movilización de la EFS, señalando que este proyecto era la primera (y única) operación de este tipo entre las instituciones francesas.

Resultados del proyecto

Los resultados de los talleres (basados en 8.500 contribuciones que los voluntarios pudieron etiquetar) se presentaron al Primer Presidente, al Relator General y a todos los participantes en el proyecto, lo que permitió a la EFS hacerse una idea precisa de las percepciones de los ciudadanos. Los resultados arrojaron cinco conclusiones principales:

  • La EFS goza de un nivel de popularidad casi sin parangón entre las instituciones francesas. Con una tasa de respuesta positiva del 70%, las contribuciones mostraron un alto nivel de confianza en la EFS y en su trabajo, tanto a nivel nacional como local.
  • Los ciudadanos tienen grandes expectativas. Muchos expresaron su decepción por la forma en que los responsables de la toma de decisiones pasaron por alto las recomendaciones. Algunas contribuciones proponían aumentar las competencias de las EFS.
  • Los ciudadanos expresaron su desconfianza hacia las administraciones e instituciones públicas, así como hacia sus responsables. Varias contribuciones señalan la existencia de fraude, despilfarro, mala gestión e irregularidades. El 44% pide una mayor responsabilidad de los responsables políticos y el 28% de los funcionarios.
  • Aunque muchos ciudadanos no estaban seguros de lo que hace el Tribunal, las contribuciones incluían sugerencias para abordar esta cuestión, entre ellas “el Tribunal debería decidir cada año sobre la ejecución del presupuesto del Estado”, que sólo evalúa. Los participantes también propusieron mejorar la comunicación con informes más breves y redactados en un lenguaje más sencillo y comprensible, así como con resúmenes infográficos.
  • Se mencionó con frecuencia la idea de una mayor participación ciudadana en el trabajo del Tribunal, como la creación de comités ciudadanos para participar en las auditorías de las EFS; la realización de auditorías iniciadas por los ciudadanos; y el establecimiento de referendos ciudadanos sobre las recomendaciones del Tribunal.

Conclusión

Migaud confirmó que los resultados del proyecto representan un punto de partida para una reflexión más amplia sobre el futuro del Tribunal, citando la importancia de la participación ciudadana, al tiempo que subrayó la importancia de seguir siendo una institución independiente e imparcial centrándose en sus cuatro misiones fundamentales (certificar, juzgar, auditar y evaluar).

Migaud expresó su agradecimiento a todos los participantes en el proyecto, señalando que el acto fomentaba la comunicación entre personas que no suelen trabajar juntas ni interactuar a diario. El proyecto también demostró la especial relación con los ciudadanos y puso de relieve la transformación digital en curso del Tribunal.


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