Resiliencia ante la adversidad: el viaje de la Cámara General de Cuentas hacia la fortaleza tecnológica

Por: Keith de Jong y Joane Dovale-Meit

En septiembre de 2017, la isla caribeña de San Martín (Sint Maarten) sufrió un desastre natural de dimensiones catastróficas al tocar tierra el huracán Irma. Tras su paso, las infraestructuras de la isla quedaron gravemente dañadas o incluso arrasadas. Salvo en el ámbito militar, las comunicaciones, como Internet y las redes de telefonía móvil, solo funcionaron de forma intermitente, por lo que el contacto con el exterior se redujo a momentos esporádicos. Rápidamente se procedió a la evacuación de turistas y otros visitantes de la isla, al tiempo que se coordinaba la llegada de ayuda humanitaria para proporcionar alojamiento, víveres y apoyo a los residentes afectados.

Pero la Entidad Fiscalizadora Superior de San Martín nunca se ha definido a través de un emplazamiento concreto. Nuestras oficinas quedaron en ruinas y nuestro equipo debió ser reubicado, pero las operaciones de auditoría continuaron prácticamente inalteradas. ¿Cómo lo conseguimos? Para responder a esta pregunta, tenemos que remontarnos a octubre de 2010.

Fue entonces cuando se estableció la Cámara General de Cuentas en el marco de la reforma constitucional del Reino de los Países Bajos. San Martín se convirtió en un país autónomo dentro del Reino. Con una población aproximada de 40.000 habitantes, la isla abarca 16 millas cuadradas y comparte fronteras con la San Martín francesa (Saint Martin). La Cámara General de Cuentas es una institución joven, de la que nos sentimos muy orgullosos. Al igual que otras EFS en todo el mundo, la Cámara General de Cuentas vela por que el dinero de los contribuyentes se gestione de forma transparente, eficaz y conforme a la ley.

Como muchos otros pequeños Estados insulares, San Martín se encuentra en primera línea frente al cambio climático. En las últimas décadas, la región ha sido testigo de un notable aumento de la frecuencia y gravedad de los huracanes. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (Intergovernmental Panel on Climate Change; IPCC), el número de huracanes de la categoría 4 y 5 en el Atlántico ha aumentado considerablemente, lo que supone una amenaza directa para las islas del Caribe. Los datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration; NOAA) muestran una clara tendencia al alza de la temperatura de la superficie del mar, uno de los factores que más contribuyen a la intensificación de los huracanes.

Apostamos por tecnología emergente, como la computación en la nube y las plataformas de software colaborativo. Aparte de que tales herramientas mejoran la eficiencia y la interconectividad, fue una decisión estratégica que fortaleció a la entidad frente a desastres inevitables. Desde el principio, los miembros del consejo y la dirección comprendieron que, en el ámbito de la auditoría pública, la responsabilidad en materia de recursos y el mantenimiento de la confianza pública exigen un compromiso con la innovación tecnológica y su integración. Así pues, era lógico optar por una implantación consciente de tecnologías de vanguardia que permitieran a la entidad responder a los cambios y a los desafíos más insospechados. Además, su reducido tamaño le permite una agilidad operativa que a menudo resulta impensable para sus homólogas más grandes.

La Cámara General de Cuentas adoptó esta tecnología en un momento en el que la computación en la nube aún representaba un fenómeno incipiente, especialmente para naciones pequeñas como San Martín. Mediante la integración de la infraestructura en la nube, la entidad mejoró la seguridad y resiliencia de su gestión de datos y consiguió ahorrar costes. Este paso estratégico minimizó el riesgo de pérdida de datos por daños físicos y garantizó un acceso ininterrumpido a los recursos de auditoría esenciales, haciendo innecesaria una inversión sustancial en hardware. 

Además, la Cámara implantó una plataforma basada en SharePoint y denominada Office Productivity Information Management system (OPIM), un sistema de gestión de la información sobre la productividad de la oficina. Este sistema fue diseñado a medida con el fin de mejorar la gestión de documentos y promover la colaboración en equipo. Permitía operar sin interrupciones y trabajar a distancia, por lo que la entidad podía desempeñar sus funciones de auditoría con gran eficacia. Hoy día, la funcionalidad de OPIM ha quedado obsoleta frente a aplicaciones comerciales disponibles en el mercado, como Office 365 o Google Workspace, lo que reduce la necesidad de invertir en plataformas personalizadas.

Nuestro sistema basado en la nube demostró una agilidad y una capacidad de adaptación remarcables en los difíciles tiempos de la pandemia de COVID-19. Pudimos llevar a cabo nuestras actividades de auditoría con fluidez y sin interrupción alguna, garantizando el examen exhaustivo de los gastos públicos con precisión y diligencia. Atribuimos este éxito a la excepcional flexibilidad de la tecnología basada en la nube y a nuestra dedicación a la transparencia y la rendición de cuentas.

A través de la utilización de herramientas digitales, hemos abierto la puerta a la posibilidad de abordar otro reto al que se enfrentan las EFS en todo el mundo: mejorar el impacto de la auditoría y la participación pública. 

La ciudadanía tiene derecho a saber cómo se gasta el dinero de sus impuestos. Teniendo en cuenta que nuestros informes compiten por llamar la atención en un mundo saturado de medios de comunicación, ¿qué mensaje despertará más el interés del público? ¿Un denso informe técnico o un vídeo explicativo de 15 segundos? En pos de la participación ciudadana, lanzamos un entorno interactivo en línea. Nuestra herramienta digital permite participar con sus preguntas o consultas a todo aquel que lo desee, y desde cualquier lugar.

Nuestro plan de resiliencia climática

Los Estados insulares como San Martín deberían prepararse ante el pronosticado aumento de la frecuencia y virulencia de los huracanes debido al cambio climático; la importancia de contar con una ciudadanía informada y comprometida es más acuciante que nunca. De ahí que hayamos adoptado un ciclo iterativo de cinco pasos:

1. Evaluación y planificación estratégicas: Iniciar el ciclo con una evaluación exhaustiva de los riesgos y desarrollar una estrategia digital enfocada a la resiliencia. Este paso sienta las bases para la toma de decisiones con conocimiento de causa y la priorización de iniciativas.
2. Integración tecnológica: Migrar a una infraestructura basada en la nube y seleccionar las herramientas colaborativas apropiadas. Elegir entre soluciones personalizadas y opciones listas para su uso en función de las necesidades actuales y la escalabilidad futura.
3. Resiliencia operativa y capacitación: Establecer sistemas sólidos de trabajo remoto y de recuperación en caso de desastres. Al mismo tiempo, invertir en la capacitación regular del personal para asegurarse de que todos dominen las nuevas tecnologías y las modalidades de trabajo flexibles.
4. Participación pública y transparencia: Desarrollar y lanzar plataformas interactivas en línea y diversas estrategias de contenidos para implicar eficazmente a la ciudadanía. Este paso es crucial para mantener la transparencia y la confianza.
5. Mejora continua y capacidad de adaptación: Monitorear, evaluar y pedir feedback sobre la eficacia de las estrategias implementadas. Aprender de cada iteración para realizar adaptaciones con conocimiento de causa, a fin de garantizar que la institución siga siendo ágil y capaz de responder a nuevos retos.

Para obtener más información sobre la Cámara General de Cuentas y dejarse inspirar para crear servicios públicos resilientes que mitiguen los efectos del cambio climático, haga clic aquí, visite nuestro sitio web https://arsxm.org/ o navegue por nuestros perfiles de Facebook, Instagram, or LinkedIn page (General Audit Chamber Sint Maarten).