El papel de las entidades fiscalizadoras superiores en la auditoría de las políticas de lucha contra el hambre y la pobreza
El presidente de la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), el Ministro Bruno Dantas, en su carta abierta de octubre de 2023, comparte cómo la INTOSAI contribuye a la lucha global contra el hambre y la pobreza.
El pasado mes de septiembre tuvo lugar en Nueva York, Estados Unidos, la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), marcando el punto medio entre el lanzamiento de los ODS en 2015 como parte de la Agenda 2030 y la fecha límite fijada para su consecución en 2030. Los dos primeros Los ODS, destinados a erradicar la pobreza y el hambre, han sido los más afectados por el impacto conjunto y simultáneo de los desastres climáticos, los conflictos armados, la pandemia de COVID-19 y una recesión económica mundial. Ante desafíos que requirieron esfuerzos importantes desde el inicio, el logro de estos objetivos se ha visto aún más difícil por este entorno adverso.
Según datos de las Naciones Unidas (ONU), la pobreza global ha ido disminuyendo constantemente desde que se establecieron los ODS, pero sufrió un revés significativo debido a la pandemia de COVID-19. La tasa de pobreza extrema aumentó en 2020, alcanzando el 9,3% de la población mundial, después de caer del 10,8% en 2015 al 8,5% en 2019. Esto significó que aproximadamente 724 millones de personas vivían con menos de 2,15 dólares al día. No volvimos a los niveles previos a la pandemia hasta 2022, cuando se estima que 670 millones de personas viven en la pobreza extrema, lo que representa el 8,4% de la población mundial.
No sorprende, entonces, que la Cumbre de los ODS haya identificado esta cuestión como el mayor desafío global de nuestro tiempo y un requisito ineludible para el desarrollo sostenible, y que Brasil, que está a punto de asumir la presidencia del G20, se haya comprometido a hacer la lucha contra el hambre y la pobreza una de las prioridades durante su mandato al frente del grupo.
Según la Clasificación de las Funciones del Gobierno (COFOG), adoptada por la OCDE y la ONU, la protección social se divide en nueve subfunciones distintas que cubren diversos grupos vulnerables de la sociedad, como las personas con discapacidad, los enfermos y los ancianos. , familias y niños pobres, así como seguros de desempleo y políticas de vivienda social. Cuando examinamos los datos de 2021 de los países miembros de la OCDE, vemos cuán importantes son las políticas de protección social, ya que los gobiernos asignan alrededor del 20% de su PIB en promedio a programas destinados a proteger los ingresos de los segmentos más vulnerables de la población. Los programas dirigidos a los socialmente excluidos reciben un promedio del 1% del PIB dentro de este espectro.
Teniendo en cuenta el alto costo y la relevancia de los programas de alivio de la pobreza, es imperativo que las políticas de protección de ingresos alcancen su máxima eficacia. Para lograr este objetivo, dichas políticas deben ser eficientes y transparentes, dirigiendo los recursos de manera precisa para satisfacer las necesidades de las poblaciones más vulnerables y al mismo tiempo permitiendo a la sociedad monitorear de cerca su implementación.
Las Entidades Fiscalizadoras Superiores desempeñan un papel fundamental a la hora de informar a la sociedad sobre la calidad del gasto público. Las auditorías de desempeño, que incluyen evaluaciones de políticas y revisiones de gastos, son vitales en este contexto, especialmente en lo que respecta a la implementación de los ODS.
En este escenario, la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI) emerge como un faro de excelencia en la realización de estas auditorías. Sus rigurosos estándares garantizan una evaluación integral, identificando brechas, áreas de mejora y asegurando transparencia y rendición de cuentas en el logro de los ODS. Al establecer directrices sólidas y promover las mejores prácticas, la INTOSAI desempeña un papel fundamental en la promoción de la rendición de cuentas y el impulso de los esfuerzos globales para alcanzar objetivos sostenibles.
Si bien la distribución de recursos financieros es una métrica ampliamente utilizada, es importante entender que el fenómeno de la pobreza es mucho más complejo y debe ser evaluado desde múltiples perspectivas, abarcando áreas como alimentación, salud, educación, acceso al agua potable y condiciones de vivienda. Si bien las políticas de transferencia de efectivo desempeñan un papel fundamental en la creación de una red de seguridad contra las fluctuaciones del empleo y los ingresos, la erradicación efectiva de la pobreza requiere un enfoque que promueva el desarrollo de todos los aspectos que apoyan una vida digna.
Las políticas públicas complementarias a las transferencias de efectivo abordan cuestiones complejas e interconectadas y son esenciales para abordar la pobreza en todas sus dimensiones. Tienen el potencial de impulsar un cambio estructural sostenible y mejorar la calidad de vida de las personas a largo plazo, rompiendo los ciclos de pobreza intergeneracional, reduciendo las desigualdades socioeconómicas y fomentando la inclusión social.
Como resultado, está claro que el desafío de erradicar la pobreza no puede abordarse de forma aislada. La acción coordinada de las Entidades Fiscalizadoras Superiores en el complejo desafío de erradicar la pobreza y el hambre, los dos primeros objetivos del desarrollo sostenible, es fundamental. Desempeñamos un papel importante en la evaluación de la efectividad de las políticas públicas, identificando ineficiencias y dirigiendo la asignación más eficiente de recursos a áreas que impactan significativamente en la reducción de la pobreza. Al brindar a la sociedad información valiosa sobre el uso de los recursos públicos y los resultados de las acciones gubernamentales, contribuimos a mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad.
La INTOSAI, como organización que promueve la cooperación entre Entidades Fiscalizadoras Superiores de todo el mundo, proporciona una perspectiva esencial sobre la eficacia y transparencia en la implementación de políticas asociadas con objetivos sostenibles, lo que refuerza la importancia de las EFS en el desarrollo y mejora de estrategias para lograr objetivos globales significativos.
Además, la organización promueve varias iniciativas dedicadas a abordar los desafíos del hambre y la pobreza, lo que refleja su compromiso incansable con la construcción de un mundo más justo e igualitario. Entre ellos, me gustaría llamar la atención sobre el proyecto “Equal Futures Audit Changemakers” (EFA), liderado por la Iniciativa de Desarrollo de la INTOSAI (IDI). La EFA tiene como objetivo promover y apoyar prácticas de auditoría de alta calidad y alto impacto, con un enfoque en áreas prioritarias relacionadas con situaciones de desigualdad y marginación, como la pobreza, el género, el origen étnico, la migración, la edad y la discapacidad. A través del proyecto, la IDI capacitará y asistirá a las Entidades Fiscalizadoras Superiores en el desarrollo de estrategias de acción sobre estos temas sensibles, así como también apoyará la realización de auditorías de acuerdo con los estándares establecidos, optimizando el impacto de estas auditorías y reforzando así el papel y la contribución de las Entidades Fiscalizadoras Superiores. Entidades Fiscalizadoras Superiores en la búsqueda de un futuro más justo y equitativo.
Es primordial que unamos fuerzas y colaboremos para asegurar no sólo la eficacia, sino también la efectividad de las políticas de lucha contra la pobreza, logrando avances concretos hacia el logro de los objetivos globales establecidos. En este contexto, destaca el papel crucial desempeñado por la INTOSAI, con su trabajo terminado y en curso, demostrando un compromiso sólido y continuo con la búsqueda de soluciones impactantes y sostenibles.