por Camilla Fredriksen, Directora de la Unidad de Fundaciones Globales de la IDI
En septiembre de 2021, la Iniciativa para el Desarrollo de la INTOSAI (IDI) publicó el Informe sobre el Inventario Global de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) 2020, el cuarto análisis trienal de los datos de una Encuesta Global de la INTOSAI sobre el desempeño y las capacidades de las EFS. El informe, que abarca el periodo de 2017 a 2019, marca el décimo aniversario del Inventario Global, que ha sido una importante fuente de información para la INTOSAI y los donantes sobre las necesidades de las EFS.
Muchas EFS operan en entornos difíciles, donde los mecanismos de rendición de cuentas están bajo presión. A pesar de estos retos, el Balance Global de este año, en el que participaron 178 EFS, dibuja un panorama de una comunidad de EFS en la que el rendimiento y las capacidades están mejorando lentamente. Este artículo resume algunos de los principales mensajes del informe.
Las prácticas conformes con las ISSAI requieren recursos y sistemas de calidad sólidos
En un contexto de retroceso democrático y aumento de los niveles de corrupción, las EFS están avanzando en la adopción de las Normas Internacionales de las EFS (ISSAI). Estos esfuerzos parecen conducir a una mejor comprensión de lo que implica realmente la aplicación de las ISSAI, incluido lo que debería significar en la práctica la independencia de las EFS.
La adopción de las ISSAI ha aumentado desde 2017, con un 86% de las EFS informando que han implementado ISSAI para sus principales flujos de auditoría. Casi la mitad de los encuestados han adoptado las normas directamente, mientras que la otra mitad ha adoptado normas nacionales basadas en las ISSAI o coherentes con ellas.
Se necesita más investigación para comprender plenamente el contexto de estas respuestas. Las EFS que adoptan directamente las ISSAI pueden hacerlo porque sus países no disponen de normas nacionales de auditoría. Para la otra mitad, es probable que varíe el grado de coherencia de las normas nacionales con todos los elementos de las ISSAI.
Sin embargo, la adopción de normas es sólo el primer paso, y el Inventario Global indica que, para muchas EFS, las prácticas de auditoría conformes con las ISSAI están aún muy lejos. Aunque el 68 por ciento de las EFS informaron de que cumplían en gran medida las ISSAI, un análisis de una muestra de 42 evaluaciones del Marco de Medición del Rendimiento (MMR) de las EFS sugiere que esto sólo se extendía a la calidad de los manuales de auditoría, y no a las prácticas de auditoría.
En la Encuesta Global, el 44% de las EFS afirmaron que su principal razón para no cumplir las ISSAI era la falta de recursos y las capacidades limitadas. Otro factor fue la falta de un sistema de gestión de la calidad adecuado para orientar los procesos de auditoría y abordar sistemáticamente las deficiencias en materia de calidad. Una cuarta parte de las EFS no disponía de ninguno de los elementos que componen un sistema sólido de gestión de la calidad. Teniendo en cuenta estos retos, es alentador que casi todas las EFS estuvieran planeando desarrollar su capacidad en áreas clave, como la planificación de auditorías, la implementación y la elaboración de informes.
Las amenazas a la independencia de las EFS siguen siendo un reto
El informe muestra claramente que las amenazas a la independencia de las EFS siguen siendo un serio desafío, con un descenso de los resultados en siete de los ocho principios de la Declaración de México. Intervenciones externas inoportunas limitaron la capacidad de las EFS para cumplir sus mandatos, planteando graves riesgos para la transparencia y la rendición de cuentas. Casi la mitad de las EFS manifestaron su interés por reforzar su marco jurídico y su independencia.
Tal y como se desprende de anteriores Encuestas Globales, la autonomía financiera y operativa siguen siendo los aspectos más problemáticos de la independencia. El 40% de las EFS informaron de que habían experimentado interferencias importantes en la ejecución del presupuesto. Mientras que la mayoría de las EFS declararon tener cierto grado de autonomía en las operaciones diarias, sólo el 63 por ciento controlaba totalmente la contratación de personal, y alrededor del 70 por ciento afirmó que su personal era inadecuado, tanto en número como en competencia.
Las EFS también experimentaron interferencias directas del ejecutivo en sus operaciones de auditoría. El hallazgo más sorprendente fue que solo el 44% de las EFS disponía de información completa y oportuna en para sus auditorías, un 26% menos que en 2017.
Los datos también sugieren que la selección de programas de auditoría -un área en la que la mayoría de las EFS experimentaron más libertad- está vinculada a los niveles de democracia. Las EFS de los países con menos espacio democrático experimentaron más interferencias a la hora de decidir sus programas anuales de auditoría. La comunicación de los resultados también fue un reto, ya que el 12% no publicó ningún informe.
Se necesita más transparencia y una comunicación más estratégica
Aunque el fortalecimiento de la independencia de las EFS es fundamental para la supervisión del gasto público, el informe sugiere otras medidas importantes que las EFS pueden adoptar para promover la transparencia y la rendición de cuentas y mejorar su impacto.
El informe muestra que las EFS podrían ser más transparentes en lo que respecta a sus propias operaciones. Aunque casi todas las EFS tenían planes estratégicos, sólo el 57 por ciento informó públicamente sobre el grado de cumplimiento de sus objetivos. Del 72 por ciento de las EFS que elaboraron estados financieros, sólo el 73 por ciento los sometió a una auditoría externa, y fueron menos las que informaron públicamente sobre los resultados de las auditorías. Del mismo modo, aunque muchas EFS habían llevado a cabo evaluaciones del MMD EFS, muy pocas habían compartido públicamente sus puntos fuertes y sus retos.
Un indicador clave del impacto de las EFS es la medida en que las entidades auditadas aplican sus recomendaciones. Las EFS informaron de que, de 2017 a 2019, solo se aplicaron la mitad de sus recomendaciones. El Balance Global muestra un fuerte descenso en el porcentaje de EFS que contaban con un sistema interno de seguimiento de las recomendaciones, lo que podría haber contribuido a un menor impacto de las auditorías.
Las EFS informaron de que la falta de respuesta por parte del ejecutivo y de seguimiento por parte del legislativo eran los mayores obstáculos para lograr el impacto de las auditorías, un hallazgo respaldado por los datos del Índice de Presupuesto Abierto. Sin embargo, menos de la mitad de las EFS afirmaron haber implicado al ejecutivo y al legislativo en el seguimiento de la aplicación de las recomendaciones de auditoría. Muchas EFS se comunicaban regularmente con estas partes interesadas, pero su forma de hacerlo no siempre era estratégica.
Aunque las EFS deben ser conscientes de las alianzas que podrían afectar a la percepción de su objetividad, podrían hacer un mayor uso de las partes interesadas de los ámbitos ejecutivo y legislativo para ayudar a los gobiernos a comprender mejor cómo utilizar los resultados de las auditorías. Además, algunas cuestiones tienen un carácter más sistémico y, por tanto, deben comunicarse a un nivel superior que el de las entidades sometidas a examen. Los resultados de la encuesta reafirman la importancia de abordar las auditorías de forma holística y de centrarse en la comunicación estratégica con las principales partes interesadas.
Los órganos de la INTOSAI y las EFS prestan un apoyo crucial
El informe confirma el importante papel de los órganos regionales de INTOSAI como proveedores de primera línea de orientación, herramientas y apoyo a las EFS. Los resultados de la encuesta sugieren que estas organizaciones -con su comprensión única del contexto regional- respondieron a las necesidades de las EFS y desarrollaron sus iniciativas con las aportaciones de sus miembros. Apoyaron con más fuerza la capacidad de auditoría, pero tienen potencial para hacer más para ayudar a las EFS a mejorar también otras áreas. Además, la Encuesta Global detectó un uso generalizado de las normas, orientaciones y recursos desarrollados por otros órganos de INTOSAI, como los Comités de Metas.
La Encuesta Global también brindó la oportunidad de evaluar el modo en que los miembros de INTOSAI colaboran entre sí. Las auditorías cooperativas siguieron siendo un medio popular de colaborar y compartir conocimientos: el 75% de los encuestados, de todas las regiones, habían participado en ellas.
Setenta y una EFS informaron de que habían proporcionado apoyo entre pares a otras EFS, por debajo de las 87 de 2017; este descenso puede deberse a la necesidad notificada de financiación externa para estos esfuerzos. Aunque 67 EFS se declararon dispuestas a liderar o apoyar estas iniciativas en el próximo periodo, la demanda de apoyo entre pares no podrá satisfacerse sin socios donantes adicionales.