Prospectiva estratégica en la auditoría del rendimiento: un estudio de caso de la auditoría de transición energética en Indonesia

Fuente: Adobe Stock Images, Jiw Ingka

Autores: Pemut Aryo Wibowo, Normas Andi Ahmad, Junta de Auditoría de la República de Indonesia

Sinopsis

La incertidumbre sobre el futuro, impulsada por factores como el cambio climático, los avances tecnológicos y las diversas dinámicas a nivel global, plantea retos que exigen a organizaciones y gobiernos adoptar enfoques de planificación más flexibles, adaptativos y resilientes. Las EFS desempeñan un papel crucial de cara a abordar el cambio climático y la incertidumbre sobre el futuro, al proporcionar datos e información acerca de la eficacia de las iniciativas relacionadas con el clima y fomentar una mayor rendición de cuentas y transparencia. La prospectiva estratégica en el ámbito de la auditoría es esencial para anticipar incertidumbres futuras y prepararse para ellas, permitiendo así a las organizaciones gestionar los riesgos y las oportunidades de forma proactiva. La aplicación de un marco prospectivo de seis pasos en la auditoría de transición energética, en particular en el sector eléctrico, ofrece a los auditores la posibilidad de evaluar los progresos, detectar posibles brechas y formular recomendaciones para unas políticas energéticas más sostenibles y resilientes. Con la integración de la prospectiva estratégica en las prácticas de auditoría, las organizaciones están en condiciones de prepararse mejor para responder a las complejidades de un mundo en rápida evolución y crear resiliencia ante las incertidumbres futuras.

I. El papel de las EFS en la lucha contra el cambio climático y la incertidumbre sobre el futuro

El cambio climático ejemplifica a la perfección cuan poderosos son los factores que impulsan las incertidumbres sobre el futuro. La imprevisibilidad de los fenómenos relacionados con el clima, tales como las condiciones meteorológicas extremas, el aumento del nivel del mar y los cambios en los ecosistemas, genera un nivel de incertidumbre que pone en entredicho los modelos tradicionales de planificación y toma de decisiones. A medida que estos factores interactúan con otros desafíos globales como las tensiones geopolíticas o los avances tecnológicos, se vuelve cada vez más difícil prever el futuro, por lo que resulta esencial que las organizaciones y los gobiernos adopten enfoques de planificación más flexibles y adaptativos.

Las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) desempeñan un papel crucial de cara a abordar los retos que plantean el cambio climático y la incertidumbre sobre el futuro. En su calidad de entidades independientes encargadas de evaluar las políticas y los gastos gubernamentales, las EFS se encuentran en una posición única para valorar la efectividad de las iniciativas relacionadas con el clima y asegurar un uso eficiente y eficaz de los recursos públicos (INTOSAI, 2019). En un contexto de creciente incertidumbre, las EFS pueden aportar una perspectiva crítica sobre la forma e intensidad con la que los gobiernos se preparan para hacer frente a los impactos del cambio climático, desde los esfuerzos de mitigación hasta las estrategias de adaptación. Asimismo, pueden fomentar una mayor rendición de cuentas y transparencia con respecto a la manera en la que los gobiernos abordan el cambio climático y gestionan la incertidumbre. A través de auditorías rigurosas, las EFS tienen la posibilidad de exigir responsabilidades a los gobiernos por sus compromisos con la acción climática, velando así por que se cumplan los objetivos y no se asignen mal los recursos.

La Junta de Auditoría de la República de Indonesia (BPK), como Entidad Fiscalizadora Superior de la nación, tiene un papel decisivo en la promoción de una gobernanza y una gestión climáticas efectivas. En un país tan diverso y dinámico como Indonesia, luchar contra el cambio climático manteniendo un equilibrio entre crecimiento económico, progreso social y sostenibilidad medioambiental supone un reto capital. La BPK participa activamente en esta compleja tarea, cuidando de que las políticas y acciones relacionadas con el clima sean eficaces y estén en consonancia con los principios del desarrollo sostenible. Mediante sus exhaustivas auditorías de las iniciativas y políticas climáticas, la BPK ejerce una función de supervisión clave que contribuye a afianzar un enfoque sólido y equitativo del cambio climático por parte de Indonesia.

Ahora que las organizaciones se enfrentan a retos tan complejos como la disrupción tecnológica, el cambio climático y unos escenarios geopolíticos cambiantes, existe una creciente necesidad de auditorías que no solo evalúen el presente, sino que también anticipen el futuro (Butaka, 2022). Aquí es donde la prospectiva estratégica cobra un valor incalculable, al ofrecer un enfoque proactivo para la auditoría que permite a las organizaciones capear las incertidumbres y alinear sus estrategias con los escenarios de futuros posibles. Al integrar la prospectiva en el proceso de auditoría, los auditores pueden identificar riesgos, tendencias y oportunidades emergentes susceptibles de afectar a una organización a largo plazo (Hay, 2019). Este enfoque proactivo ayuda a los auditores no solo a evaluar el desempeño actual, sino también a valorar hasta qué punto una organización está preparada para adaptarse a los desafíos futuros.

II. Prospectiva estratégica en auditoría

Entre los diferentes marcos de prospectiva estratégica se encuentra el de seis pasos desarrollado por Hines y Bishop (2007). Este marco resulta compatible con el proceso de auditoría, pues mejora la toma de decisiones proporcionando una visión de las implicaciones a largo plazo de los diferentes escenarios en la consecución de los objetivos y en el funcionamiento de la organización, lo que garantiza que siga manteniendo su capacidad de resiliencia y adaptación a lo largo del tiempo (Kramer, 2023). El proceso comienza con el encuadre (framing), donde se definen las cuestiones principales y el alcance, teniendo en cuenta el contexto más amplio de los objetivos estratégicos del gobierno y las incertidumbres a las que se enfrenta. Este paso prepara el escenario para la exploración (scanning), que implica recopilar información de diversas fuentes a fin de identificar tendencias, señales y cuestiones emergentes que podrían afectar al gobierno o a las instituciones. El proceso de exploración ayuda a los auditores a adquirir un conocimiento exhaustivo de los posibles desarrollos futuros, lo que les permite, a su vez, detectar riesgos y oportunidades relevantes que podrían no ser evidentes aplicando los métodos de auditoría tradicionales. La exploración aporta una perspectiva más organizada de las principales tendencias y transformaciones que se están produciendo en el entorno de una organización, lo que ayuda a fundamentar las decisiones políticas (Habegger, 2010). 

Figure 1: Marco de prospectiva de seis pasos (basado en Hines y Bishop, 2007). Fuente: Wibowo y Ahmad

Los siguientes pasos, la previsión (forecasting) y la visión (visioning), pasan por desarrollar escenarios potenciales basados en la información recopilada y por imaginar los futuros posibles. Además, la previsión puede servir para hacer una evaluación de los escenarios con miras a prever cómo las diferentes variables podrían afectar a la consecución de los objetivos estratégicos (FasterCapital, 2024). La visión, por su parte, ayuda a auditores y partes interesadas a articular una situación futura deseada, considerando los mejores escenarios posibles. A continuación, la planificación (planning) comprende la definición de estrategias para encaminarse hacia ese futuro visualizado, incluida la mitigación de riesgos y la asignación de recursos. Y, por último, está la fase de implementación o de acción (acting), en la que el gobierno y las instituciones emprenden medidas proactivas para adaptarse a los cambios anticipados. Mediante la integración de este marco de prospectiva, los auditores pueden ir más allá del análisis retrospectivo, aportando información y datos valiosos que ayudan a las organizaciones a dotarse de resiliencia y capacidad de adaptación ante la incertidumbre.

III. Aplicación de la prospectiva estratégica en la auditoría de transición energética

El sector energético es el principal responsable de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que lo convierte en uno de los ejes prioritarios de la lucha contra el cambio climático (Climate Watch, 2024). La transición energética constituye un paso fundamental en el camino hacia la mitigación del cambio climático, ya que supone la transición de sistemas energéticos basados en combustibles fósiles a fuentes más sostenibles y renovables. En 2022, el sector energético de Indonesia produjo el 59,19% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, y la generación de electricidad contribuyó en un 40,7% a dichas emisiones (Ministerio de Medio Ambiente y Silvicultura, 2024).

Figura 2:. E Gestión y desarrollo del sector de la electricidad en Indonesia. Fuente: Wibowo y Ahmad

La aplicación del marco de prospectiva estratégica en la auditoría del rendimiento se está poniendo a prueba en la auditoría de transición energética, con especial hincapié en la generación eléctrica. El proceso prospectivo implica una serie de auditorías iniciadas entre 2022 y 2024, y la publicación de la prospectiva completa sobre la transición energética está prevista para 2025. En el primer año, la fiscalización se centró en la gestión de las fuentes energéticas, incluidos el carbón, el gas natural y las energías renovables, para evaluar si estos recursos se estaban utilizando y gestionando correctamente. En el segundo año, en la generación eléctrica y en el último año, en la transmisión y distribución de la electricidad.

Durante la fase de encuadre, se definen el objetivo principal y el alcance del desarrollo del sector energético. Aquí se tienen en cuenta las principales partes interesadas, los riesgos potenciales y los aspectos concretos que requieren de examen, como la implementación de políticas, el desarrollo de infraestructuras o las inversiones financieras. Otro tema clave es el equilibrio entre los tres aspectos del trilema energético: seguridad energética, asequibilidad de la energía y sostenibilidad medioambiental. Una vez finalizado este proceso, se procede a la exploración, donde se recogen datos influyentes de diversas fuentes, que incluyen tendencias tecnológicas, riesgos geopolíticos, cambios en las regulaciones e impactos medioambientales. Esta exhaustiva recopilación de información ayuda a identificar problemas, oportunidades y retos emergentes susceptibles de influir en la transición energética. En la fase de previsión, los auditores analizan los datos recopilados para evaluar posibles escenarios futuros, considerando los distintos caminos que podría tomar la transición energética. Estos escenarios son utilizados después en la fase de visión para esbozar situaciones futuras deseables y propiciar el establecimiento de metas a largo plazo que se ajusten a los objetivos de transición energética y a las políticas energéticas nacionales.

De los resultados de auditoría se espera una influencia positiva sobre la definición de estrategias viables destinadas a lograr los resultados visualizados, incorporando los apartados de gestión de riesgos y asignación de recursos en la fase de planificación. Finalmente, en la fase de acción, los auditores monitorean la implementación de tales estrategias y recomendaciones, dando feedback y haciendo los ajustes necesarios para asegurar el avance fluido y efectivo de la transición energética y cumplir, al mismo tiempo, con los objetivos regulatorios y de sostenibilidad. Los resultados finales de esta serie de auditorías se reunirán en un informe integral que proporcionará una previsión estratégica de la transición energética de Indonesia de cara a abordar el cambio climático.

Figure 3: Integración de la prospectiva estratégica en la auditoría. Fuente: Wibowo y Ahmad.

IV. Resultados y análisis

En el primer año, la auditoría produjo resultados prospectivos y orientados al futuro que pusieron de relieve la necesidad de realizar ajustes estratégicos en las políticas energéticas actuales (BPK, 2023). Asimismo, la auditoría reveló que, si bien se había avanzado notablemente en la adopción de un sistema energético sostenible, podría haber dificultades en la adaptación de las infraestructuras y los marcos regulatorios existentes a los rápidos cambios que se prevén a corto plazo. Entre las posibles brechas y posibilidades de mejora destacadas en la auditoría figuran:

  1. Un posible aumento de las subvenciones a la energía que habría que mitigar debido al cambio previsto hacia las energías renovables que, con toda probabilidad, elevará los costes de producción de electricidad. Dado que el sector eléctrico de Indonesia sigue subvencionado por el gobierno y suponiendo que partiendo de la base de que no habrá subidas tarifarias en un futuro próximo, este aumento de los costes de producción repercutiría significativamente en el monto de las subvenciones requeridas. Sin ajustes en las tarifas, el gobierno tendría que destinar más recursos a cubrir los mayores costes de generación, con lo que aumentaría la carga financiera que suponen las subvenciones.
  2. Una brecha importante entre la identificación y la movilización de fuentes y regímenes de financiación necesarios para los proyectos clave, que persiste a pesar de los diversos compromisos asumidos para financiar la transición energética en Indonesia. El gobierno aún no ha especificado cómo financiará el cierre anticipado de las centrales eléctricas de carbón, un paso crítico en el proceso de transición. Además, todavía no se ha realizado un análisis exhaustivo del impacto de la transición energética en las arcas del estado. Esta falta de claridad y planificación en torno a la financiación y los efectos económicos plantea una serie de interrogantes respecto al éxito de la implementación de los objetivos de transición energética en Indonesia y podría llegar a obstaculizar el progreso y la sostenibilidad a largo plazo.
  3. Una iniciativa de abandono anticipado del carbón que carece de un análisis exhaustivo de coste-beneficio, trascendental a la hora de evaluar su viabilidad e impacto a largo plazo. La iniciativa no ha contemplado adecuadamente las fuentes de energía alternativas, sobre todo su fiabilidad y asequibilidad, que son esenciales para garantizar un suministro energético estable tras la transición. Tampoco se ha estudiado a fondo el potencial problema de los activos bloqueados como consecuencia del cierre de las centrales eléctricas de carbón. A falta de estas evaluaciones fundamentales, la iniciativa corre el riesgo de crear problemas de índole económica y de seguridad energética que podrían socavar los beneficios previstos.
  4. Según la hoja de ruta de Emisiones Netas Cero, una buena parte de las futuras actividades económicas de Indonesia se cubrirán con energía generada con la ayuda de paneles solares. A este respecto, sin embargo, aún se registra una dependencia crítica de importaciones extranjeras, ya que entre el 70% y el 80% de los componentes de las centrales solares siguen procediendo de otros países. Esta dependencia evidencia una importante brecha en términos de capacidad industrial doméstica, por cuanto las empresas nacionales aún no están preparadas para producir lo necesario a efectos de sostener el desarrollo a gran escala de las energías renovables en Indonesia. La falta de oferta nacional no solo es motivo de preocupación por la vulnerabilidad de la cadena de suministro, sino también por limitar los potenciales beneficios económicos de la transición energética, entre ellos la creación de empleo y el adelanto tecnológico en el país.
  5. El desarrollo de las infraestructuras eléctricas acumula retrasos, lo que hace temer por la estabilidad y fiabilidad del sistema eléctrico en varias regiones. El análisis prospectivo indica que, de mantenerse este bajo ritmo de avance y no mitigarse eficazmente, podría afectar gravemente a la seguridad de la red eléctrica. Una infraestructura insuficiente podría llevar a cortes e interrupciones en el suministro eléctrico y a la incapacidad de satisfacer la creciente demanda de energía, especialmente a medida que el país transita hacia fuentes de energía renovables.

La fiscalización arrojó informaciones muy valiosas que ayudan a perfilar las principales cuestiones y el alcance de la transición energética, así como a identificar los temas y elementos clave a tener en cuenta. Gracias al aprovechamiento de los datos y los hallazgos de las auditorías, se dispone de mejores herramientas para identificar los riesgos, las oportunidades y las tendencias emergentes. Los resultados de auditoría también son cruciales para realizar análisis basados en datos que ayuden a prever futuros retos y oportunidades. En última instancia, los productos de las auditorías de la BPK de base para la formulación e implementación de las estrategias y velan por su coherencia con los objetivos estratégicos y los principios de sostenibilidad.

Figura 4: Nexos entre el marco de auditoría y el marco de prospectiva. Fuente: Wibowo y Ahmad.

V. Conclusión y rumbo a seguir

La auditoría piloto ha demostrado que la integración del marco de prospectiva estratégica de seis pasos en el proceso de fiscalización mejora significativamente la capacidad de toma de decisiones. Así, este enfoque no solo abre una valiosa perspectiva sobre las implicaciones a largo plazo de los distintos escenarios en la consecución de los objetivos y el funcionamiento de una organización, sino que también refuerza su resiliencia y capacidad de adaptación a lo largo del tiempo. Al armonizar los resultados de las auditorías con la perspectiva de la prospectiva, las organizaciones están en condiciones de anticiparse y prepararse mejor para los retos futuros, aumentando así la eficacia general de su planificación y ejecución estratégicas.

En vista del éxito de la auditoría piloto, las auditorías subsiguientes se destinarán a evaluar otros aspectos críticos y a monitorear la implementación de recomendaciones anteriores. Mediante este enfoque se espera obtener una base más sólida y completa para comprender la complejidad y las repercusiones futuras de la transición energética en los objetivos estratégicos del estado. Al término de esta serie de auditorías, se elaborará y publicará un informe de prospectiva integral que ofrecerá un análisis en profundidad de los hallazgos y sus implicaciones. Dicho informe se espera que sirva de referencia fundamental para orientar las decisiones y estrategias futuras, con miras a situar a la organización en una buena posición para desenvolverse en un escenario energético en constante evolución. Al sintetizar las conclusiones de las auditorías, el informe ofrecerá recomendaciones viables acordes con las tendencias emergentes, contribuyendo así a que el gobierno afronte los retos de forma proactiva y sepa aprovechar las oportunidades en un sector tan dinámico como el de la energía.

Sobre los autores

Pemut Aryo Wibowo

El Sr. Wibowo tiene un máster en contabilidad por la Universidad de Gajah Mada. Actualmente es Director de Auditoría de la Junta de Auditoría de la República de Indonesia y responsable de la supervisión de las auditorías sobre energía, medio ambiente y gestión de recursos naturales.

Normas Andi Ahmad

El Sr. Ahmad es auditor sénior y tiene un máster en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible por la Universidad de Glasgow. Cuenta con una larga experiencia en la dirección de equipos de auditoría en materia de gestión de recursos energéticos y naturales, así como en auditorías relacionadas con los ODS.

BIBLIOGRAFÍA
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