Sostenibilidad en el Tribunal de Contas da União (TCU Brasil)
El tema de la sostenibilidad en el sector público es cada vez más relevante en el escenario mundial.
En el ámbito del Tribunal de Cuentas Federal – Brasil (TCU), la sostenibilidad es una herramienta crucial para garantizar que nuestras actividades se llevan a cabo de forma eficiente, equilibrada y responsable. Como Entidad Fiscalizadora Superior, el TCU es responsable de la fiscalización de las cuentas públicas, lo que lo convierte en un órgano importante en la gestión de los recursos públicos y en la promoción de la transparencia y la eficiencia de la administración pública. En este sentido, es importante y necesario que el TCU adopte prácticas sostenibles.
Con este pensamiento responsable, el Tribunal de Cuentas de la Unión ha implementado acciones concretas e innovadoras de sostenibilidad desde 2015, estableciéndonos como líder en el sector público brasileño.
De este modo, somos líderes en acciones económicas sostenibles e inductores de políticas y prácticas que reducen el impacto medioambiental de nuestras actuaciones administrativas.
Para alcanzar esta posición de liderazgo, hemos invertido recientemente en iniciativas destinadas a reducir el consumo de electricidad, agua y otros recursos naturales. Además, damos prioridad a la correcta gestión de residuos y animamos a nuestros empleados a utilizar el transporte público.
Energía
Con el sistema fotovoltaico de tres minicentrales, que representará cerca del 18% del consumo actual de generación de electricidad en los edificios del Tribunal, el ahorro previsto es de cerca de R$ 700 mil por año, generando un flujo de caja acumulado de más de R$ 20 millones en 20 años, con time to value de aproximadamente cuatro años. Nuestra planta fotovoltaica tiene una capacidad total instalada de 781 kWp, produciendo una media de 92 MWh/mes, equivalente al 34,16% del consumo total de TCU.
Acciones sencillas como cambiar las bombillas, reducir el uso del aire acondicionado y revisar las tarifas han contribuido a reducir nuestro consumo diario de electricidad.
Estas acciones, combinadas con la instalación de la planta fotovoltaica, supusieron un ahorro total de 16 millones de reales en cinco años, con una reducción del consumo del 42%.
Es importante destacar que, con la finalización del proyecto de la planta fotovoltaica, obtuvimos el Premio A3P- Mejores Prácticas de Sostenibilidad en la Administración Pública de Innovación en la Administración Pública, año 2018, junto con el Ministerio de Medio Ambiente. Con este premio, recibimos un reconocimiento por este proyecto, dimos visibilidad a esta práctica ante la Administración Pública y animamos a otros organismos a crear nuevas propuestas de buenas prácticas.
Papel
La implantación de procesos electrónicos en 2009 se tradujo en una reducción del consumo de papel A4. En el periodo de 10 años (2010-2020), se dejaron de imprimir más de 45 millones de páginas (90 mil resmas), lo que equivale a 6.000 árboles. En términos financieros, el ahorro ascendió a 1,2 millones de reales.
En 2016, el TCU se adhirió a la externalización de la impresión. En general, consiste en el uso compartido de menos impresoras por más usuarios. Hubo una disminución de las impresiones en cerca de un millón de páginas por año, lo que equivale a reducir los gastos en por lo menos R$ 500 mil anuales; además, redujimos los equipos en aproximadamente 75%. Esto representó un ahorro anual de 400 mil reales.
Agua y alcantarillado
La instalación de un sistema de alcantarillado por vacío en los aseos colectivos, compuesto por tres plantas de tratamiento de residuos orgánicos, con una reducción de cerca del 36% del consumo total actual de agua, generará un ahorro de cerca de 560 mil reales al año, con un plazo de valorización de aproximadamente siete años.
Además, otras iniciativas, como el cierre mecánico de grifos, la instalación de aireadores y el pozo artesiano, han permitido reducir el consumo de agua en un 72% en los últimos cinco años. Estas acciones resultaron en una reducción de R$ 996 mil por año.
Además de invertir en iniciativas, también nos preocupamos de supervisarlas. Proporcionamos toda la información en un panel en el portal TCU con una interfaz amigable que permite la visualización de la generación de energía fotovoltaica, la adopción de medidas de ahorro de agua, la supresión del consumo de botellas de plástico desechables, la adquisición de vasos biodegradables, la implementación de la externalización de impresión, entre otras iniciativas que enfatizan nuestro compromiso con las directrices de nuestra política de sostenibilidad.
Es importante destacar que todas estas acciones tratan de conciliar los beneficios medioambientales, sociales y económicos.
Además de la supervisión interna, desde 2017 también nos supervisa externamente el área de objetos del TCU.
Todos los organismos de la Administración Pública realizan un seguimiento similar. Por ello, creamos un índice que permite medir y comparar las acciones de sostenibilidad llevadas a cabo por los organismos públicos federales brasileños.
Así, se estableció la aplicación del IASA (Índice de Evaluación de las Acciones de Sostenibilidad de las Administraciones Públicas), compuesto por 11 directrices: Plan de Logística Sostenible, Agua, Energía, Papel y Proceso Electrónico, Certificación de Edificios Públicos, Recogida Selectiva, Compra Pública Sostenible, Accesibilidad, Formación, Movilidad y Adhesión a Programas.
Desde entonces, hemos invertido en iniciativas que nos han permitido alcanzar el máximo índice IASA (3,0). En 2017, el resultado fue de 2,15. En 2020 alcanzamos el índice de 2,71, y en 2022 el concepto máximo en las 11 directrices.
Los resultados obtenidos están disponibles en gráficos que permiten seguir la evolución en la aplicación de las políticas de sostenibilidad.
Estos resultados ya han sido presentados en numerosos simposios sobre el tema, y nuestras iniciativas para promover la sostenibilidad administrativa han servido de modelo para diversos órganos de la administración pública brasileña.
Destacamos también que una de las directrices de nuestra Política de Sostenibilidad es nuestra participación institucional en iniciativas de otras entidades o esferas gubernamentales, que contribuyan a la preservación del medio ambiente.
Cabe destacar que nuestro Programa de Logística Sostenible (PLS) para el quinquenio 2021-2025 mantiene todos los ejes temáticos del plan anterior (Compras Sostenibles, Obras y Mantenimiento de Edificios, Tecnologías de la Información (TI), Calidad de Vida, Comunicación y Formación), e incluyó el ítem “Igualdad de Género”, además de la vinculación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El TCU sirve de modelo para otros organismos públicos y para la sociedad en general. Al adoptar prácticas sostenibles, anima a otros organismos a hacer lo mismo, contribuyendo a extender una cultura de sostenibilidad en la administración pública.
La adopción de prácticas sostenibles genera ahorro de recursos, como agua y electricidad. Esto se traduce en menores costes para el organismo y, en consecuencia, para la sociedad. Además, la adopción de prácticas sostenibles por parte del TCU contribuye a reducir el impacto medioambiental de sus actividades. Esto incluye desde la reducción del consumo de papel hasta la adopción de medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Adoptar prácticas sostenibles es también una forma de demostrar responsabilidad social y promover la transparencia y la eficiencia de la administración pública.
En conclusión, la adopción de prácticas sostenibles por parte del Tribunal Federal de Cuentas es importante no sólo por el ejemplo que da a otros organismos públicos, sino también por los recursos ahorrados, la contribución al medio ambiente y la demostración de responsabilidad social.
Llevándolo a una escala global, la promoción de prácticas sostenibles por parte de todas las Entidades Fiscalizadoras Superiores de la INTOSAI puede contribuir a reducir el impacto medioambiental global, fortalecer la cooperación internacional en temas medioambientales, contribuir a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y dar a los países un liderazgo global en sostenibilidad.