El Tribunal de Cuentas de Lituania evalúa el proyecto de presupuesto para 2022 e identifica tendencias y riesgos

Durante la pandemia de COVID-19, la Oficina Nacional de Auditoría (NAO) de Lituania ha seguido desempeñando eficazmente las tres funciones que le han sido delegadas: auditoría externa, institución fiscal y auditoría de las inversiones de la UE. Una de las tareas fundamentales de la NAO era evaluar el proyecto de presupuesto para 2022.

El objetivo de la NAO al hacerlo no era sólo proyectar el saldo de las Administraciones Públicas y la evolución de la deuda, sino también analizar los factores de riesgo que afectan al sistema de pensiones y el impacto del cambio climático en la sostenibilidad fiscal. La evaluación de la NAO reveló los retos a los que podrían enfrentarse las finanzas públicas del país a largo plazo.

No hay ingresos sostenibles para el gasto a largo plazo

La pandemia ha hecho necesarios importantes gastos no planificados y a corto plazo del sector público. En respuesta, la Unión Europea redujo temporalmente la aplicación de las normas de disciplina fiscal entre 2020 y 2022 y activó la cláusula general de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que permite a los Estados miembros desviarse de los requisitos presupuestarios. Esta cláusula también establece la condición de que, para las medidas de gasto permanentes no contempladas en COVID-19, los Estados miembros deben proporcionar ingresos permanentes que garanticen un impacto neutro en las finanzas públicas a medio plazo.

Tras revisar los indicadores financieros de Lituania para 2022, la NAO descubrió que los gastos temporales del gobierno relacionados con COVID-19 parecen haber sido sustituidos por crecientes gastos a largo plazo para los que no existen fuentes sostenibles de ingresos. Estos gastos a largo plazo representaron una media anual del 1% del producto interior bruto (PIB) durante el periodo de 2017 a 2021. Antes de la pandemia, estos gastos se cubrían con ingresos cíclicos insostenibles, debido a que la economía lituana crecía más rápidamente que su PIB potencial.

Algunos indicadores macroeconómicos reales -como el aumento de la escasez de mano de obra en la industria, el comercio, los servicios y la construcción; la utilización récord de la capacidad de producción industrial; y la aceleración de la inflación subyacente- muestran que la economía está superando su potencial y es probable que siga haciéndolo.

En su función de institución fiscal, el ONA ha observado que, gracias a las medidas del COVID-19, la economía del país ha experimentado el mayor impulso fiscal positivo desde 2007. Sin embargo, si se excluye el impacto de estas medidas, la política fiscal de Lituania tiende a la prociclicidad. Esto plantea riesgos de presiones inflacionistas aún mayores y de recalentamiento de la economía.

Riesgos demográficos que afectan al sistema de pensiones

Como parte de su evaluación del proyecto de presupuesto, la NAO analizó los riesgos para la sostenibilidad de las pensiones. La NAO constató que, a largo plazo, el envejecimiento de la población del país -con una disminución prevista del número de personas empleadas y un aumento de las personas en edad de jubilación- planteará retos a sus finanzas públicas.

NAO utilizó EUROPOP2019 (escenario de referencia) para este análisis. Según las proyecciones, retrasar la edad de jubilación hasta 2026 reduce los riesgos. Pero a largo plazo, el amplio segmento de población de 50 a 64 años significa que los retos crecerán proporcionalmente al aumento de las obligaciones de la seguridad social en materia de prestaciones de jubilación.

Por el contrario, la población en edad de trabajar ha disminuido en las dos últimas décadas, pero su empleo ha evolucionado ligeramente debido al aumento de la tasa de actividad. En el escenario favorable de EUROPOP2019, que supone una migración neta nula, se prevé una disminución del número de personas empleadas. Además, a medida que la sociedad envejece, su productividad disminuye, lo que afecta a los indicadores presupuestarios.

Otra tendencia relevante es que los hombres en edad de trabajar han sufrido en Lituania la mayor pérdida total de esperanza de vida. Esto también podría afectar negativamente a la posible financiación del sistema de pensiones y plantear problemas a los indicadores financieros de las administraciones públicas.

Todos estos factores sociodemográficos apuntan a la necesidad de fuentes de ingresos sostenibles a largo plazo. A la hora de adoptar cambios que puedan afectar a la sostenibilidad del sistema de pensiones, es importante tener en cuenta los retos demográficos y las previsiones a largo plazo de ingresos y gastos de las Administraciones Públicas.

Gestión de los riesgos del cambio climático

En un futuro próximo, las finanzas públicas estarán expuestas no sólo a las presiones del envejecimiento de la población, sino también a los efectos del cambio climático, que pueden incluir importantes perjuicios sociales y económicos. Tanto la adaptación al cambio climático como la lucha contra él requerirán recursos públicos.

Aunque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) afirma que las consecuencias del cambio climático no están lo suficientemente claras como para reflejarlas en las evaluaciones de sostenibilidad fiscal, sí se pueden identificar los riesgos más acuciantes. Entre ellas se incluye el aumento del gasto público debido a las condiciones meteorológicas extremas, que pueden dañar las infraestructuras y afectar a la actividad económica. Los costes también pueden aumentar debido a la necesidad de adaptar infraestructuras más fáciles de usar. El éxito de la transición a una economía de emisiones cero reduciría los riesgos fiscales a largo plazo.

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