Autor: Keith de Jong LL.M MBA ML, Director Gerente, 4SAI
Introducción
¿Alguna vez se ha preguntado qué ocurre cuando los fondos públicos destinados a mitigar el cambio climático no son gastados con sensatez? ¿O en qué medida la conformidad con la legalidad en el uso de estos fondos puede suponer el éxito o el fracaso de nuestros esfuerzos por construir comunidades resilientes? Como auditores, a menudo nos encontramos en un dilema ante cuestiones tan fundamentales como estas. En un mundo cada vez más marcado por los efectos del cambio climático, el papel de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) es ahora más imprescindible que nunca. Somos los guardianes no solo de la rendición de cuentas, sino también de que cada dólar y cada decisión reviertan en un futuro sostenible.
Lo que hay en juego en la auditoría del cambio climático
Imagine lo siguiente: Se asignan fondos públicos a un programa de resiliencia climática, pero debido a la falta de supervisión jurídica y a la ineficiencia en el gasto, el programa no cumple su objetivo. ¿Las consecuencias? Unas comunidades vulnerables que siguen expuestas a riesgos, el despilfarro del dinero de los contribuyentes y la erosión de la confianza en las instituciones públicas.
¿Existe una manera de prevenir este escenario? ¡Por supuesto! La solución pasa por unas prácticas de auditoría sólidas y resilientes con el énfasis en la conformidad legal y la eficiencia. Pero, ¿cómo lo conseguimos?
Una hoja de ruta práctica para las EFS
Exploremos a continuación una metodología práctica que las EFS pueden adoptar para asegurar que los fondos públicos relacionados con el cambio climático se utilicen de forma efectiva y de plena conformidad con los marcos legales:
1. Conocimiento del entorno jurídico
Comience por identificar los marcos legales relevantes que rigen los programas de cambio climático. Esto no solo abarca las leyes nacionales, sino también los acuerdos y las regulaciones internacionales. Hágase la pregunta siguiente: ¿Las leyes son claras y están en consonancia con los objetivos del programa? ¿Proporcionan una base sólida para la rendición de cuentas?
2. Evaluación de riesgos
Realice una evaluación de riesgos exhaustiva enfocada a las vulnerabilidades legales y financieras. Este paso es crucial. Considere cuáles son los riesgos potenciales de no conformidad. ¿Cómo podría un gasto ineficiente agravar los efectos del cambio climático? Identificar estos riesgos en una fase temprana nos permite dirigir nuestros esfuerzos de auditoría hacia donde más se necesitan.
3. Planificación de auditorías con un enfoque climático
Integre las consideraciones relativas al cambio climático en la planificación de sus auditorías. Esto significa ir más allá de las auditorías tradicionales. Reflexione sobre cuestiones como: ¿De qué manera está abordando el programa los riesgos climáticos específicos para cuya mitigación fue diseñado? ¿Existe evidencia de que los fondos se están gastando realmente de forma que potencien la resiliencia?
4. Participación de las partes interesadas
La colaboración es un aspecto clave. Haga partícipes a las partes interesadas, tales como organismos gubernamentales, ONG y líderes comunitarios, para recabar su visión de las cosas y hacerse una idea cabal de la efectividad del programa. Reflexione: ¿Cómo pueden contribuir todas estas apreciaciones a enriquecer los hallazgos y las recomendaciones de la auditoría? ¿Qué podemos aprender de los que están sobre el terreno?
5. Focalización en los resultados, no solo en los productos
Cambie el enfoque de su auditoría y no se limite a comprobar si los fondos han sido gastados (productos), sino evalúe también si el gasto realizado ha generado los resultados deseados. Pregúntese: ¿Logró este gasto el impacto previsto en términos de resiliencia climática? ¿Cómo se puede medir esto? Tal planteamiento garantiza que no nos limitemos a auditar la conformidad, sino también la efectividad.
6. Informe de auditoría y recomendaciones
Su informe de auditoría debería ir más allá de un control de la conformidad: debería ofrecer recomendaciones viables. Plantéese cómo sus hallazgos pueden impulsar mejoras. ¿Qué mejores prácticas cabe compartir? ¿Cómo pueden aplicarse las lecciones aprendidas a futuros programas? Recuerde: nuestra meta es fomentar la mejora continua.
7. Seguimiento y monitoreo
Las auditorías no deberían darse por finalizadas con el informe (¡!). Implemente un mecanismo de seguimiento para velar por que las recomendaciones se lleven a la práctica. Cuestiónese: ¿Se están realizando cambios? ¿Hay evidencia de mejora? El monitoreo continuo es el garante de un impacto duradero de nuestro trabajo.
Sería una verdadera negligencia por mi parte no mencionar en este contexto la iniciativa ClimateScanner, un esfuerzo pionero que proporciona a las EFS una herramienta para evaluar y comparar la gobernanza y el rendimiento climáticos en los diferentes países. ClimateScanner revela los ámbitos en los que hace falta acometer mejoras y proporciona una información inestimable sobre la gestión de los fondos públicos en la lucha contra el cambio climático. Con la integración de esta iniciativa en nuestros procesos de auditoría creamos la posibilidad de realizar un seguimiento de los avances, potenciar la rendición de cuentas y, en última instancia, impulsar una acción climática más efectiva a escala global.
Conclusión
Como auditores, estamos en primera línea para garantizar que los fondos públicos asignados a la lucha contra el cambio climático sean gastados de forma inteligente y conforme a la legalidad. Hay muchísimo en juego: nuestras auditorías tienen la capacidad de condicionar directamente la efectividad de las acciones de resiliencia climática en todo el mundo. Estoy convencido de que, siguiendo esta hoja de ruta (o una propia similar), podemos fortalecer enormemente nuestro papel como custodios de la confianza pública y vigilar que cada dólar (o cualquier otra moneda) se emplee para construir un futuro más sostenible y resiliente.
Así pues, la próxima vez que se embarque en una auditoría de un programa de cambio climático, hágase la pregunta siguiente: ¿Estamos haciendo todo lo posible para salvaguardar la conformidad legal y la eficiencia del gasto? En la respuesta puede estar la diferencia.
Sobre el autor: Keith de Jong (LL.M MBA ML) es auditor público acreditado y Director Gerente de 4SAI, una consultora que ofrece asesoramiento especializado a las Entidades Fiscalizadoras Superiores a escala internacional, apoyándolas en la mejora de sus capacidades de fiscalización y gobernanza y en el cumplimiento de las normas mundiales de rendición de cuentas y transparencia.