Autora: Isma Yatun, Presidenta de la Junta de Auditoría de la República de Indonesia
Este artículo editorial expresa las opiniones y convicciones de la autora y no refleja necesariamente los puntos de vista o las políticas de la INTOSAI. Este tema fue presentado durante la ceremonia de investidura como catedrática honoraria de la Dra. Isma Yatun, el 5 de septiembre de 2024, en la Universidad de Auditoría de Nanjing.
Sinopsis
El Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2024 indica que solo el 17 % de las metas de los ODS van camino de cumplirse según lo previsto. La pandemia de COVID-19, los conflictos a escala global y el cambio climático han tenido un impacto profundo y significativo en el progreso hacia la consecución de los ODS. Otros factores técnicos, relacionados con la transversalización e integración de los ODS en las políticas nacionales, han agravado aún más la situación. Si bien la participación de las EFS ha sido esencial para avanzar en la implementación de los ODS a nivel nacional, los resultados del monitoreo y la evaluación del logro de las metas de los ODS a nivel mundial suscitan la pregunta acerca de la efectividad de los mecanismos de gobernanza de las Naciones Unidas (ONU) con respecto a la gestión global de los ODS. Establecer el modelo de gobernanza y rendición de cuentas propuesto para la gestión de los ODS a escala global supondría un paso adelante para la comunidad de EFS y permitiría ofrecer certezas y evaluaciones exhaustivas sobre el desempeño de la ONU en la conducción de la implementación global de los ODS.
Introducción
Como ya hemos cruzado el ecuador del ciclo de 15 años (2015-2030), resulta fundamental señalar que la evaluación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) apunta a que el compromiso de “no dejar a nadie atrás” está en peligro. Ello recalca la urgente necesidad de que todos nosotros, la comunidad de las EFS, intensifiquemos nuestros esfuerzos por implementar los ODS. Debido al actual panorama mundial y a los continuos desafíos globales, los Estados miembros de la ONU se están topando con dificultades para asumir las obligaciones establecidas en los 17 Objetivos de la Agenda 2030. El Informe ODS 2024 indica que solo el 17 % de las metas de los ODS van camino de cumplirse según lo previsto, mientras que casi la mitad registran avances mínimos y el progreso en más de un tercio se ha estancado o incluso han sufrido un retroceso (ONU, 2024).


Desafíos en la implementación de los ODS
La pandemia de COVID-19, los conflictos globales y el cambio climático han tenido un impacto profundo y significativo sobre la consecución de los ODS, con el resultado de que tan solo un porcentaje muy bajo de las metas vayan por buen camino (ONU, 2024). Los efectos de la pandemia de COVID-19 han complicado aún más la implementación de los ODS, además de revelar y ampliar las brechas existentes (Desai, 2023). La pandemia provocó una importante pérdida de empleo y disrupciones en las pequeñas empresas, agrandando las diferencias entre los diferentes grupos socioeconómicos (Hannan et al, 2022). También tensionó los sistemas de salud, restando recursos y atención a otros servicios sanitarios críticos (Chiluba et al, 2020). Los conflictos a escala global están en su punto más álgido, causando millones de desplazados y dificultando los avances en materia de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). También el cambio climático supone un obstáculo considerable de cara a la consecución de los ODS, especialmente para los países en desarrollo y para los menos adelantados.
Contribuye a desplazamientos forzados debido a desastres naturales y a la escasez de recursos. Esta vulnerabilidad sigue impidiendo cumplir los objetivos de reducción de la pobreza, de salud y de educación.
Junto a estos factores, quedan otros retos por superar en la implementación de los ODS, entre ellos la necesidad de integrar los ODS en los marcos locales de actuación política, planificación y presupuestación, así como en los procesos de monitoreo y evaluación (Nwogbo, 2022). Esta transversalización va más allá de la incorporación de los ODS en la planificación del desarrollo nacional y local; y también trasciende la gestión y el diseño de políticas destinadas a examinar más a fondo la efectividad de los objetivos del plan (Duah et al., 2020). Hay toda una serie variables susceptibles de dificultar la implementación efectiva de los ODS, desde inconsistencias en los datos y en la información proporcionados por las partes interesadas, hasta una concienciación insuficiente sobre la importancia de los ODS, la falta de compromiso y de recursos humanos cualificados, una burocracia ineficaz, una financiación limitada y problemas en la alineación de las actividades con ODS específicos.
Papel de las EFS y de la comunidad de EFS
Para abordar todos estos desafíos, la paz, la solidaridad y una mayor cooperación internacional y, en particular, el fortalecimiento del papel de la comunidad de las EFS, son cruciales (Breuer y Leininger, 2021). La comunidad internacional ha pedido a las EFS que contribuyan, en el marco de sus mandatos, al éxito de los ODS. En este contexto, las EFS pueden resultar fundamentales, por ejemplo, de cara a velar por que los gobiernos nacionales incluyan los compromisos internacionales en sus agendas y los cumplan con transparencia y responsabilidad (Dutra, 2018). A escala global, las EFS han asumido, asimismo, otro tipo de compromisos para con los ODS, más allá de las auditorías (Montero y Le Blanc, 2019). Además, su implicación en pos de las metas de los ODS ha quedado patente por su papel activo en diversos foros e iniciativas internacionales relacionados con los ODS o con contenidos afines.
La participación de las EFS ha sido esencial para progresar en la implementación de los ODS en el ámbito de sus respectivas jurisdicciones. El hecho de incluir los ODS en los mandatos de auditoría ha permitido a las EFS enfatizar su importancia y reforzar los mecanismos de gobernanza y rendición de cuentas para su consecución. Las auditorías de ODS de las EFS aportan información valiosa sobre la actuación de los gobiernos, ponen de relieve sus éxitos y limitaciones, promueven la rendición de cuentas y ofrecen recomendaciones prácticas (Le Blanc y Montero, 2020).
El impacto positivo de la auditoría de los ODS a nivel de país no es desdeñable, si bien los resultados obtenidos a partir del monitoreo y la evaluación del cumplimiento de las metas de los ODS en el conjunto de países y a nivel mundial muestran un panorama diferente. Esta situación suscita una interrogante importante, incluso para la comunidad de EFS, sobre la efectividad de los mecanismos de gobernanza de las Naciones Unidas para la gestión a escala global de los ODS.
Tradicionalmente, la INTOSAI ha centrado su atención en la mejora de la profesión de auditor del sector público, la creación de capacidades en las EFS y la facilitación del intercambio de conocimientos entre las mismas. A efectos de la implementación de los ODS a nivel mundial, la INTOSAI sigue un enfoque similar. Dirige sus esfuerzos y estrategias a reforzar las capacidades de las EFS individuales para que puedan fiscalizar dicha implementación en sus respectivas jurisdicciones.
La postura proactiva de la comunidad de EFS de organizar eventos paralelos en el Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas (UN-HLPF) y otras iniciativas asociadas han fortalecido las capacidades de EFS de todo el mundo para fiscalizar la implementación de los ODS en sus países. No obstante, su participación en la gobernanza general y la rendición de cuentas a escala mundial sobre la implementación de los ODS siguen siendo, desde la perspectiva de la ONU, secundarias. Esta discrepancia evidencia una brecha crítica en la gestión global de los ODS, donde el papel de la comunidad de las EFS podría ser determinante.
La comunidad de las EFS, con la INTOSAI a la cabeza, entre cuyos objetivos estratégicos figura la potenciación de su valor global, cobra cada vez más relevancia de cara a apoyar a la ONU en la gestión de la implementación de los ODS.

Papel propuesto para la comunidad de EFS
El modelo de gobernanza y rendición de cuentas que se propone para la gestión de los ODS a escala global supondría un paso adelante para la comunidad de las EFS, ya que permitiría ofrecer certezas y unas evaluaciones exhaustivas sobre el desempeño de la ONU en la conducción de la implementación global de los ODS. En particular para la INTOSAI alberga el potencial de ampliar su influencia como organización internacional al hacer extensiva su función de fiscalización a la implementación de programas globales gestionados por la ONU. La propuesta de que la comunidad de las EFS fiscalice los mecanismos de gobernanza establecidos por la ONU en la implementación de los ODS podría constituir una vía para reforzar el papel de la INTOSAI e impulsar así el éxito en este proceso.
Una auditoría externa exhaustiva que adopte un enfoque holístico y revise a fondo este tipo de iniciativas también podría redundar en beneficio de la multitud de programas globales gestionados por la ONU. A día de hoy, las auditorías tienden a focalizarse en los mandatos de los organismos individuales de la ONU, en lugar de abordar cuestiones más amplias y generales que afecten a varios de sus órganos. Esto supone una limitación, sobre todo en el contexto de la implementación de los ODS, donde la interconexión de los diversos actores aún no ha sido evaluada en su totalidad.
La introducción de un modelo como el propuesto representaría un cambio significativo. La comunidad de EFS se convertiría en un actor clave en el desarrollo sostenible, haciendo uso de su experiencia para mejorar la efectividad de la implementación global de los ODS mucho más allá de las fronteras nacionales. Mediante la realización de auditorías exhaustivas y evaluaciones del desempeño, la comunidad de EFS tendría la posibilidad de promover la transparencia y la rendición de cuentas en todas las iniciativas de la ONU. Ello podría traducirse en un avance más efectivo y equitativo hacia los resultados previstos por los ODS. Los análisis indican que la capacidad de la comunidad de las EFS de influir en la aplicación de los ODS a nivel mundial es significativa, pero que su potencial aún no se ha aprovechado plenamente. Esto representa una oportunidad alentadora para fortalecer las estructuras de gobernanza y rendición de cuentas, que son tan esenciales para el desarrollo sostenible.
Conclusión
La comunidad de EFS necesita desarrollar un marco de gobernanza más sólido para la implementación y gestión de los ODS, especialmente a escala global, para la segunda mitad de su período de implementación, de 2024 a 2030. Esto podría requerir la colaboración del mundo académico, puesto que puede facilitar significativamente la adopción efectiva de políticas basadas en la evidencia en el marco de gobernanza de los ODS. Al mismo tiempo, tales contribuciones también podrían aportar perspectivas valiosas a la EFS de Indonesia, que asumirá la presidencia de la INTOSAI de 2028 a 2031. Durante dicha presidencia, la EFS de Indonesia alentará a la comunidad de EFS a salvaguardar la consecución de los ODS hasta el año final de su implementación en 2030 y a trazar una estrategia de salida “phase-out”, incluyendo la participación en la configuración de cualquier agenda global posterior a los ODS.