Autor: Dalal Alwuhaib, Auditor, Oficina Estatal de Auditoría de Kuwait
Introducción
La amenaza del cambio climático se cierne hoy sobre un mundo en vertiginosa transformación global, alterando el panorama social, económico y medioambiental a una velocidad nunca vista. A medida que los efectos de esta catástrofe global se hacen más evidentes, es esencial que las diversas comunidades y organizaciones reconozcan, evalúen y gestionen en toda su extensión los riesgos que conlleva. El presente estudio en profundidad se sirve de casos y escenarios del mundo real para proporcionar más información sobre tan importante tema, investigando el papel clave que desempeña la auditoría en la evaluación del impacto, el riesgo y la resiliencia de una institución ante el cambio climático.
Agravamiento de los efectos del calentamiento global
Los efectos del cambio climático ya se dejan sentir en todo el mundo: el aumento de la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos, la modificación de los patrones de precipitaciones y el aumento de las temperaturas globales han tenido un impacto sustancial en toda una serie de ámbitos, entre ellos las infraestructuras, la agricultura y la salud pública. Los cambios son reales, manifestaciones visibles que están trastornando la vida de las personas, las economías y las sociedades en todo el planeta. Van mucho más allá de ser meros constructos teóricos.
Un ejemplo devastador de ello es la ola de calor que en 2021 asoló el noroeste del Pacífico norteamericano, batiendo récords de temperatura y causando la muerte a cientos de personas por patologías relacionadas con el calor. De forma similar, las terribles inundaciones que arrasaron Pakistán en 2022, destruyendo viviendas, infraestructuras y cosechas y damnificando a más de 33 millones de personas, sirvieron de crudo recordatorio de los estragos que pueden causar las calamidades climáticas.
La evaluación de riesgos del cambio climático: un proyecto esencial:
La auditoría es un elemento fundamental de cara a evaluar y gestionar los riesgos del cambio climático. Gracias a auditorías exhaustivas que incluyan la evaluación de riesgos, las diversas instituciones estarán en condiciones de asegurar su sostenibilidad y prosperidad a largo plazo conociendo sus vulnerabilidades, evaluando el potencial impacto de los fenómenos relacionados con el clima y desarrollando medidas para reforzar su resiliencia.
Un ejemplo notable de auditoría climática eficiente es la ciudad de Vancouver, en Canadá. En 2019, este municipio encargó una auditoría integral sobre sus riesgos y su resiliencia ante el cambio climático, en la que se investigó el modo en que sus infraestructuras, servicios y colectivos vulnerables podrían verse afectados. La auditoría identificó graves amenazas, como la mayor frecuencia e intensidad de las olas de calor, los incendios forestales y las inundaciones, y formuló recomendaciones para reforzar la resiliencia de la ciudad, tales como una mejor planificación en caso de desastre, la financiación de mejoras en las infraestructuras y la puesta en marcha de iniciativas específicas para grupos marginados. Otro ejemplo es la evaluación de riesgos del cambio climático en 2016 de la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey. En el marco de este estudio se analizó cómo las marejadas ciclónicas, la subida del nivel del mar y las condiciones meteorológicas extremas podrían dañar las infraestructuras de transporte críticas de la región. A partir de los resultados de esta auditoría, se elaboró un plan integral de adaptación climática, con iniciativas como el aumento de los activos de primera necesidad, la modernización de los sistemas de protección contra inundaciones y la ampliación de las capacidades de respuesta ante emergencias.
Evaluación de la resiliencia a nivel organizativo: un camino adaptativo
La auditoría puede ayudar a las diversas organizaciones o comunidades a evaluar su capacidad de resiliencia y elaborar, en su caso, planes para adaptarse a las condiciones meteorológicas cambiantes, así como a detectar amenazas relacionadas con el clima. En este sentido, se trata de examinar su capacidad a nivel organizativo para anticipar, tolerar y recuperarse de las disrupciones climáticas, y asegurar así la continuidad de su funcionamiento y provisión de servicios.
Copenhague, Dinamarca, lidera el proceso de adaptación al cambio climático. En 2011, la ciudad se sometió a una evaluación de su vulnerabilidad ante inundaciones, olas de calor y otros peligros relacionados con el clima, en el marco de una auditoría exhaustiva sobre adaptación climática. La auditoría supuso el punto de partida para el desarrollo de una estrategia integral de adaptación, que comprende iniciativas como la inversión en infraestructuras verdes, la promulgación de leyes sobre construcción energéticamente eficiente y el establecimiento de sistemas de alerta temprana en caso de fenómenos meteorológicos extremos.
En la misma línea, la ciudad holandesa de Róterdam se ha ganado el reconocimiento por sus esfuerzos dirigidos a mejorar la resiliencia climática. En 2013, el ayuntamiento encargó una auditoría de adaptación al cambio climático, en la que se estudiaron las potenciales consecuencias de las marejadas ciclónicas, las lluvias torrenciales y la subida del nivel del mar para la población y las infraestructuras urbanas. La auditoría sirvió de base para su estrategia integral de adaptación, que abarca medidas como la construcción de defensas contra inundaciones, la inversión en espacios verdes y la puesta en marcha de proyectos comunitarios de resiliencia.
Superación de obstáculos y algunas consideraciones
Si bien la importancia de las auditorías en materia de cambio climático resulta evidente, existen una serie de retos y variables que las diversas instituciones y organizaciones, en particular las empresas, tienen que tener en cuenta a la hora de someterse a estos exámenes críticos. Debido a la complejidad e impredecibilidad del cambio climático, las estimaciones plantean un desafío considerable, pues resulta difícil evaluar correctamente los riesgos y preparar, en consecuencia, medidas prácticas de adaptación. Por otra parte, la naturaleza dinámica e iterativa de la climatología, así como la heterogeneidad de los efectos regionales, pueden hacer cada vez más difícil el proceso de auditoría.
Otra consideración pertinente es la necesidad de coordinación y cooperación entre todos los ámbitos y sectores. Las repercusiones del cambio climático suelen trascender las delimitaciones organizativas y jurisdiccionales, lo que exige la colaboración entre instituciones para desarrollar e implementar soluciones integrales. En este escenario, la creación de asociaciones y la promoción del intercambio de información pueden ser decisivos.
Asimismo, pueden surgir desafíos a causa de los recursos financieros y técnicos requeridos para ejecutar auditorías integrales sobre el cambio climático, especialmente en el caso de organizaciones, empresas o municipios más pequeños con capacidades y presupuestos limitados. Para salvar este tipo de obstáculos, en muchos casos será preciso encontrar y movilizar recursos financieros, desarrollar las capacidades internas y recabar ayuda externa.
Conclusión
En síntesis, se trata de hacer de las auditorías climáticas una prioridad absoluta en pro de un futuro sostenible. Para comprender y superar los retos derivados de un entorno cambiante es necesario realizar auditorías en materia de impacto, riesgo y resiliencia en el ámbito del cambio climático. Los casos expuestos en el presente estudio demuestran el inmenso valor de las auditorías exhaustivas de cara a la identificación de vulnerabilidades, la evaluación de riesgos y la elaboración de planes para mejorar la resiliencia.
Las diversas organizaciones y comunidades deben dar prioridad a la auditoría climática, a medida que los efectos del cambio climático se recrudecen y convierten en parte integrante de los planes de gestión de riesgos y adaptación. Esto permitirá garantizar su supervivencia a largo plazo, preservar la productividad de empresas e instituciones y, al mismo tiempo, mejorar la planificación para afrontar los retos que se avecinan. Ahora es el momento de actuar. Al hacer suyo el potencial de la auditoría climática, las organizaciones y comunidades tienen la posibilidad de adoptar medidas proactivas para asegurar su futuro, contribuir a los esfuerzos globales orientados a mitigar esta grave amenaza y adaptarse a ella y, de este modo, crear un mundo más resiliente y sostenible para las generaciones futuras.