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Carta del Presidente de la INTOSAI: La importancia del papel de las Entidades Fiscalizadoras Superiores en la educación

October 16, 2024

l presidente de la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), el ministro Bruno Dantas, en su carta de octubre de 2024, aborda el papel de las entidades fiscalizadoras en la educación.

La educación es uno de los pilares del desarrollo nacional, pues desempeña un papel esencial en la mejora de los indicadores sociales y económicos que allanan el camino hacia una vida digna para todas las personas. Empezando por la educación elemental, el desarrollo de habilidades tiene el potencial de influir directamente en la ventaja competitiva de una nación, en su vitalidad económica y en su estado general de desarrollo.

Los programas e iniciativas gubernamentales en el sector educativo, financiados predominantemente con recursos públicos, permiten a las Entidades Fiscalizadoras Superiores (EFS) verificar la eficacia en el cumplimiento de los objetivos nacionales e internacionales, contribuyendo a ampliar el acceso al conocimiento, reducir las desigualdades sociales y fomentar la creación de un futuro socialmente más justo, igualitario y comprometido con la sostenibilidad.

En el contexto de los compromisos internacionales, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible surge como un hito en la cooperación internacional, proporcionando una visión integrada para el desarrollo global. Entre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), destaca el cuarto objetivo con su compromiso de “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. Este objetivo subraya la educación como un derecho humano fundamental y reafirma la dedicación del Estado a sostener políticas públicas. Además, la educación desempeña un papel clave en la promoción del desarrollo humano integral, el fomento de la igualdad social, el estímulo de la ciudadanía activa y la prevención de la regresión social. Actúa como catalizador esencial para alcanzar los demás objetivos de la Agenda 2030.

El informe “Panorama de la Educación 2024” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revela avances significativos en la educación y la integración en el mercado laboral, pero también pone de relieve los retos para garantizar el acceso universal a oportunidades educativas de calidad, mostrando una fuerte correlación entre el origen socioeconómico y el rendimiento escolar. Los niños de familias con menores ingresos tienen menos acceso a la educación y atención en la primera infancia, una desventaja que tiende a persistir a lo largo de su vida escolar, incluida la educación superior.

Del mismo modo, el “Progress in International Reading Literacy Study” (PIRLS) pone de relieve la importante disparidad en la alfabetización entre alumnos de distintos entornos socioeconómicos. En países como Brasil, Bulgaria, Hungría y Sudáfrica, los estudiantes de entornos más ricos superan en más de 120 puntos a los de entornos más pobres. En cuanto a la enseñanza superior y la formación profesional, los datos de las “Estadísticas Mundiales de la Educación 2024” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) muestran que la tasa media mundial de matriculación en la enseñanza superior es del 43%, alcanzando el 79% en los países de renta alta, según la clasificación del Banco Mundial.

La equidad es también un aspecto crucial que debe tenerse en cuenta en las políticas educativas, ya que las disparidades en los sistemas educativos entre países y poblaciones crean desigualdades en el mercado laboral y en la sociedad. Además, son notables las diferencias de género en la educación y la formación técnica, y las disparidades en las competencias en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) entre las zonas urbanas y rurales. Los adultos indígenas también tienen menos probabilidades de completar la educación superior en comparación con los adultos no indígenas en todos los países analizados.

Teniendo en cuenta estos retos, las Entidades Fiscalizadoras Superiores desempeñan un papel cada vez más relevante en las políticas de educación pública. No por casualidad, la Asamblea General de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS), que se celebrará a finales de octubre, ha elegido la educación como tema central, destacando la importancia del papel de las EFS en el fortalecimiento de una educación de calidad en la región.

Además, está en la agenda una propuesta para desarrollar una estrategia conjunta entre las instituciones de la OLACEFS, con el objetivo de reforzar el papel colaborador de las instituciones de auditoría en la agenda educativa. El objetivo es influir positivamente en los resultados educativos, centrándose en la gobernanza de las políticas públicas y la evaluación de la economía, la eficiencia y la eficacia de las acciones gubernamentales, en consonancia con la Agenda 2030.

El papel de las Entidades Fiscalizadoras Superiores es crucial para garantizar que las inversiones y las políticas públicas en educación se apliquen con eficacia, transparencia y equidad. Para ello, es necesario que nuestras instituciones se adapten continuamente a las nuevas realidades y retos del sector educativo, que exigen cada vez más una perspectiva a largo plazo y un profundo conocimiento de las transformaciones sociales en curso, así como de las innovaciones tecnológicas emergentes.

Las Entidades Fiscalizadoras Superiores están llamadas a apoyar el desarrollo sostenible midiendo el impacto de las políticas educativas, reconociendo los retos interconectados a los que se enfrentan. En este escenario, la cooperación internacional, especialmente en el seno de la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), es esencial para reforzar nuestras capacidades de supervisión y garantizar que la educación siga siendo una prioridad para el desarrollo sostenible.

Juntos, podemos convertir las políticas educativas de cada país en verdaderos instrumentos de transformación social.