RIM: una nueva dimensión en la medición de la implementación de las recomendaciones
Autor: Dr. Sutthi Suntharanurak(1)
Introducción
En un entorno tan dinámico como el de la gestión del sector público, la búsqueda de una mayor rendición de cuentas, eficiencia y transparencia no termina nunca. Los parámetros de medición y los mecanismos de supervisión tradicionales, aun siendo fundamentales, a menudo se quedan cortos para captar el progreso continuo en la implementación de las recomendaciones de auditoría.
En un reciente y sucinto trabajo de investigación, me planteé una sencilla pregunta: ¿Cómo miden las Entidades Fiscalizadoras Superiores la implementación de las recomendaciones? Sus respectivos sistemas de medición deberían proporcionar cifras concretas y mensurables, tales como índices, niveles o porcentajes.
Partiendo de mis interesantes hallazgos al respecto, he desarrollado un sistema de parámetros de implementación de recomendaciones que he denominado RIM (Recommendation Implementation Metrics; (RIM)) y que incluye el índice de implementación (Implementation Rate; (IR)), la puntuación del impacto (Impact Score; (IS)) y el tiempo hasta la implementación (Time to Implementation; (TTI)). Este sistema marca un antes y un después en la forma en la que entendemos y optimizamos la implementación de las recomendaciones de las EFS. RIM proporciona un marco exhaustivo que permite monitorear y reforzar la eficacia alcanzada con las implementaciones.
La motivación para este nuevo enfoque
La introducción de los parámetros IR (índice de implementación), IS (puntuación del impacto) y TTI (tiempo hasta la implementación) surge con la imperiosa necesidad de ir más allá del mero cumplimiento y avanzar hacia unos cambios significativos. Las medidas tradicionales, que a menudo se limitan a índices de cumplimiento y resultados binarios, carecen de la profundidad requerida para reflejar el impacto real de las recomendaciones y la eficacia de su implementación.
En una época en la que la confianza pública reviste máxima importancia, estos nuevos parámetros ofrecen una vía para cuantificar y comunicar la efectividad de los esfuerzos por mejorar el funcionamiento del sector público, quedando así garantizado que las recomendaciones no acaben como meros informes en un cajón, sino que se traduzcan en mejoras tangibles.
¿Por qué el sistema RIM? El enfoque integral
El impulso para desarrollar los parámetros de medición RIM parte de la reconocida necesidad de disponer de una óptica más continua y holística sobre la manera en la que se implementan las recomendaciones en las entidades del sector público. Los parámetros tradicionales, aunque útiles, no suelen ofrecer sino una perspectiva limitada, ya que se centran en el cumplimiento, sin captar adecuadamente el impacto cualitativo o la eficiencia del propio proceso de implementación.
Pero en un contexto en el que la rendición de cuentas pública y el uso óptimo de los recursos están sometidos a un escrutinio cada vez mayor, RIM se erige en testimonio del compromiso con la transparencia, la mejora estratégica y la eficiencia operativa.
¿En qué consiste RIM?
Con arreglo a mi investigación, el sistema RIM está basado en tres pilares fundamentales: el IR (índice de implementación), la IS (puntuación del impacto), y el TTI (tiempo hasta la implementación).
Para medir el éxito de las EFS en el mundo real, podríamos tomar como referencia la confianza pública, la aceptación por parte de las entidades auditadas y de otras partes interesadas. Pero también es posible encontrar indicadores indirectos como el índice de implementación, la medición del impacto de la auditoría e incluso el plazo de implementación.
Índice de implementación (IR)
El índice de implementación (IR) cuantifica el porcentaje de recomendaciones que se han materializado plenamente en un plazo determinado, por lo que constituye un método de medición directa del cumplimiento y de la capacidad de respuesta. Consideremos, por ejemplo, un escenario en el que la EFS emite tres recomendaciones.
- Recomendación 1: La entidad auditada debería mejorar los procesos de contratación para reducir costes.
- Recomendación 2: La entidad auditada debería implantar un nuevo sistema de TI para mejorar la seguridad de los datos.
- Recomendación 3: La entidad auditada debería desarrollar y aplicar una política de auditorías financieras periódicas.
Asignación de los valores del índice de implementación (IR): Esto se calcula en base al porcentaje de recomendaciones que se han implementado en su totalidad. Supongamos que:
- Recomendación 1: implementación total.
- Recomendación 2: implementación parcial (considerada como no implementada en su totalidad para el cálculo del IR).
- Recomendación 3: implementación total.
Cálculo del índice de implementación (IR): 2 de cada 3 recomendaciones se han implementado en su totalidad, por lo que el IR es del 67%. El objetivo del IR es medir el porcentaje de recomendaciones cuya implementación ha sido total en el plazo especificado.
La EFS podría establecer criterios y desarrollar una definición de ‘implementación total’. También podría definir inequívocamente en qué consiste una ‘implementación total’. Esto podría incluir criterios como haber llevado a cabo todas las acciones sugeridas, haber cumplido los objetivos o haber logrado determinados resultados.
Asimismo, la EFS podría establecer un plazo estándar dentro del cual se espera que las recomendaciones sean implementadas. Esto podría variar en función de la naturaleza de la recomendación (por ejemplo, a corto plazo o a largo plazo). La EFS podría determinar cómo se hará el seguimiento de las recomendaciones y del estado de su implementación. Esto podría implicar informes de progreso periódicos de las entidades auditadas o auditorías de seguimiento.
Puntuación del impacto
La puntuación del impacto (IS) asigna un valor cualitativo a cada recomendación en función de su potencial para aumentar la eficiencia, reducir el despilfarro o mejorar la efectividad. Permite comprender la importancia de cada recomendación. La puntuación del impacto (IS) equivale a medir el peso del cambio.
Comprender el impacto de cada recomendación es crucial para priorizar las actuaciones y los recursos. La puntuación del impacto asigna un valor cualitativo a cada recomendación, normalmente en una escala de 1 a 5, en función de su potencial para mejorar la eficiencia, reducir el despilfarro o reforzar la eficacia.
La puntuación del impacto (IS) es similar a la noción de impacto de la auditoría. Este parámetro requiere que los auditores cuantifiquen el grado en el que cada recomendación, una vez implementada, influye en la entidad auditada. Se asignan puntuaciones diferentes a cada recomendación para reflejar sus distintos grados de impacto. Es decir, el sistema de puntuación no dispensa un trato uniforme a las recomendaciones.
En un principio, las puntuaciones se designan en una escala del 1 al 5, en la que el 1 representa un impacto mínimo y el 5 un impacto máximo. Tomemos como ejemplo una entidad que ha sido auditada previamente: el auditor observa que la implementación de la primera recomendación genera un impacto con una puntuación de nivel 2. La segunda recomendación, si se implementara, tendría un impacto de nivel 5, mientras que la tercera recomendación registra un impacto de nivel 3.
Por consiguiente, las puntuaciones agregadas del impacto esperado de esta auditoría ascienden a 2 + 5 + 3 = 10. No obstante, las puntuaciones del impacto real son de 2 + 0 + 3 = 5 (en este caso, la entidad no ha implementado la segunda recomendación, por lo que no se genera ningún impacto a partir de ella). Este ejemplo muestra que la entidad auditada ha materializado un impacto que constituye el 50% de la puntuación del impacto esperado, lo que equivale a 5/10.
Puntuación del impacto real < esperado (puntuación del impacto; IS) (1)
Como se deduce de la ecuación (1), la determinación del impacto de la auditoría o de las puntuaciones del impacto es fundamental para las EFS, ya que cuantifica en qué medida sus recomendaciones han facilitado cambios sustanciales en las entidades auditadas. De ahí que las EFS deberían mejorar la puntuación del impacto real (IS), aproximándola a la puntuación del impacto esperado o E(IS), por sus siglas en inglés.
Tiempo hasta la implementación (TTI)
El tiempo hasta la implementación TTI) mide la rapidez de la respuesta, calculando el tiempo medio transcurrido desde la emisión de una recomendación hasta su implementación total. Este parámetro pone de relieve la eficiencia y agilidad del proceso de implementación.
El tiempo hasta la implementación (TTI) identifica el tiempo medio transcurrido desde la emisión hasta la notificación de la implementación de las recomendaciones. Por ejemplo:
- Recomendación 1: implementada en 6 meses.
- Recomendación 2: implementación iniciada pero no concluida; en curso desde hace 8 meses.
- Recomendación 3: implementada en 9 meses.
Cálculo del TTI medio: (6 + 9) / 2 = 7,5 meses (solo se consideran las recomendaciones implementadas totalmente).
Aporte de IR, IS y TTI
Juntas, estas herramientas aportan diferentes ángulos de visión de los progresos en la implementación. El índice de implementación (IR) promueve la rendición de cuentas al proporcionar un índice de cumplimiento claro; la puntuación del impacto (IS) asegura un enfoque estratégico al destacar el impacto de las recomendaciones; y el tiempo hasta la implementación (TTI) hace hincapié en la eficiencia al realizar un seguimiento de la velocidad de implementación. Entre todas, refuerzan la transparencia, informan la toma de decisiones estratégicas y facilitan un enfoque más dinámico y reactivo para la mejora del sector público.
Aporte de RIM: elevar el rendimiento del sector público
RIM aporta al sector público varios beneficios clave:
- Toma de decisiones informada: Juntas, las herramientas de RIM ofrecen una visión multidimensional del proceso de implementación de recomendaciones, apoyando una toma de decisiones más informada tanto por parte de las EFS como de las entidades auditadas.
- Refuerzo de la rendición de cuentas: Al proporcionar un sistema de medición transparente y cuantificable de la implementación de las recomendaciones, RIM refuerza la rendición de cuentas de las entidades del sector público, tanto ante las EFS como ante la ciudadanía.
- Mejoras a nivel estratégico: El componente IS asegura que las recomendaciones con el mayor potencial de impacto sean priorizadas, guiando la asignación estratégica de recursos y esfuerzos.
- Eficiencia operativa: El parámetro TTI hace hincapié en la eficiencia del proceso de implementación, alentando a las entidades a agilizar sus procedimientos y reducir las dilaciones burocráticas.
Conclusión
En resumen, el sistema RIM se presenta como un conjunto transformador de parámetros que podría marcar el comienzo de una nueva era en la rendición de cuentas y la eficiencia en el sector público. Con la adopción de RIM, tanto las Entidades Fiscalizadoras Superiores como las entidades auditadas pueden asegurarse de que las recomendaciones no se queden en meras sugerencias, sino que se conviertan en mejoras tangibles y de impacto. Este enfoque integral potencia el compromiso con la excelencia e impulsa a las entidades del sector público hacia un futuro caracterizado por una mayor transparencia, eficiencia y crecimiento estratégico.