Análisis del desarrollo, seguimiento e impacto de las recomendaciones en la auditoría gubernamental en Perú

Fuente: Adobe Stock Images, VectorMine

Autor: Arturo Alejandro ZEA MANRIQUE, Jefe del Órgano de Control Institucional del Gobierno Regional de Arequipa, Contraloría General de la República del Perú (EFS PERÚ)

Introducción 

En Perú, se distinguen tres principales tipos de servicios de control en el ámbito gubernamental: previo, simultáneo y posterior.

El control previo se implementa antes de realizar cualquier desembolso financiero. Un ejemplo claro es la autorización previa que se solicita a la Contraloría para la ejecución del pago de prestaciones adicionales en proyectos de inversión o construcción. 

El control simultáneo, por su parte, se aplica durante la realización del gasto. Este proceso se lleva a cabo en todas las etapas de un proyecto de inversión, desde la planificación y diseño inicial, pasando por la elaboración del expediente técnico, hasta la ejecución y el cierre final del proyecto. 

Finalmente, el control posterior se lleva a cabo una vez que el gasto ha sido ejecutado. Esta etapa comprende tres servicios clave: auditorías, servicios de control específico y acciones de oficio posterior. Las auditorías en particular se categorizan en financieras, de cumplimiento y de desempeño. 

Estas auditorías desempeñan un papel crucial al verificar el cumplimiento del marco normativo aplicable bajo el principio de legalidad. Además, son fundamentales para comunicar recomendaciones para el inicio de acciones legales de naturaleza civil, penal y/o administrativa contra los funcionarios públicos responsables. Igualmente, importante es su capacidad para emitir recomendaciones dirigidas a las áreas susceptibles de mejora en la gestión pública, lo que facilita el desarrollo de estrategias efectivas para optimizar los recursos públicos.

Proceso de Desarrollo de Recomendaciones 

En el proceso de auditoría las recomendaciones se desarrollan en las siguientes etapas: 

  • Planificación de la Auditoría de Cumplimiento: Desde la etapa de planificación, la Comisión Auditora emplea técnicas como la indagación y las pruebas de control para adquirir un profundo conocimiento de la entidad auditada, incluyendo su marco legal, organización, gobernanza, procesos misionales, riesgos operacionales e indicadores de desempeño. En esta fase, también se evalúa la efectividad de los controles internos para definir los procedimientos de auditoría subsecuentes. Este es un paso crucial porque establece las bases sobre las que se desarrollarán las recomendaciones finales.
  • Ejecución de la Auditoría: Durante la fase de ejecución, los auditores recopilan evidencia y documentación relevante que les permita evaluar si la entidad está cumpliendo con las leyes, regulaciones y políticas aplicables. Aquí es donde se identifican los hallazgos y se evalúan los riesgos y controles internos. Cada hallazgo se documenta cuidadosamente con evidencia que soporta la conclusión del auditor.
  • Elaboración del Informe de Auditoría: Una vez concluida la recopilación de evidencias y análisis, se procede a la elaboración del informe de auditoría. Este informe incluirá no solo los hallazgos y la evidencia, sino también recomendaciones diseñadas para corregir las deficiencias identificadas, mejorar los procesos y fortalecer los controles internos. Estas recomendaciones deben ser claras, factibles y proporcionar un camino claro hacia la mejora en la gestión de la entidad auditada y, si es necesario, impulsar la iniciación de acciones legales o administrativas contra funcionarios y servidores bajo sospecha de responsabilidad civil, penal o administrativa.

Procedimientos de Seguimiento de Recomendaciones

El seguimiento de estas recomendaciones es vital para asegurar que se han implementado efectivamente y que están funcionando como se esperaba. El monitoreo de la implementación de las recomendaciones se estructura en varias etapas clave, diseñadas para asegurar una implementación eficaz y sistemática:

  • Registro y Clasificación de Recomendaciones: Todas las recomendaciones deben registrarse en un aplicativo informático de la Contraloría. Las recomendaciones se clasifican según su naturaleza, ya sea para mejorar la gestión, iniciar acciones administrativas o legales, o atender situaciones identificadas por acciones de oficio posterior.
  • Plan de Acción: Las entidades deben desarrollar un Plan de Acción detallando cómo implementarán las recomendaciones, especificando acciones, responsables, plazos y recursos necesarios. Este Plan de Acción debe ser revisado y aprobado por el Órgano de Control Institucional (OCI) correspondiente.
  • Implementación y Monitoreo: La implementación de las recomendaciones es responsabilidad de la entidad auditada, mientras que el OCI realiza el seguimiento activo del progreso. Se debe mantener un registro actualizado del estado de implementación de cada recomendación en el aplicativo informático.
  • Evaluación y Reporte: El OCI debe evaluar periódicamente el estado de implementación y elaborar informes semestrales que sinteticen el progreso, los desafíos y los resultados obtenidos. Estos informes son esenciales para la supervisión continua por parte de la Contraloría General.
  • Publicación y Transparencia: El estado de implementación de las recomendaciones y los informes de seguimiento deben publicarse en el portal electrónico de transparencia de la entidad pública, garantizando así la visibilidad y la rendición de cuentas ante el público.

Este proceso está diseñado para no solo corregir deficiencias identificadas sino también para fortalecer las capacidades administrativas y operativas de las entidades públicas, asegurando la transparencia y la eficiencia en la gestión de recursos estatales.

Evaluación de la Implementación de las Recomendaciones: Impacto y Gestión

Para evaluar el impacto de la implementación de las recomendaciones, el proceso comienza con los reportes generados por los Órganos de Control Institucional (OCI). Estos reportes o informes detallan el seguimiento realizado a la implementación de las recomendaciones en las diferentes entidades públicas. En los sistemas de la Contraloría General se recopila esta información, luego se consolida y analiza el proceso de implementación y seguimiento. Posteriormente, todos estos datos son derivados a la Subgerencia de Seguimiento y Evaluación para que diseñe estrategias de fortalecimiento y mejora de este proceso.

La Subgerencia de Seguimiento y Evaluación es la oficina responsable de supervisar a gran escala la implementación y el seguimiento de las recomendaciones. Esta oficina realiza un monitoreo y proporciona datos gerenciales consolidados que reflejan el avance del proceso. Además, evalúa el progreso en la implementación de las recomendaciones y la problemática encontrada. Utilizando esta información, desarrolla estrategias y acciones destinadas a incrementar la eficacia de las recomendaciones y proporciona información que servirá como puntos de atención para realizar futuras auditorías.

La relevancia de las recomendaciones radica en que representan el resultado del meticuloso proceso de auditoría. Emergen directamente de los hallazgos detectados, los cuales abarcan la identificación de posibles responsabilidades y los puntos críticos de la gestión susceptibles de generar irregularidades o descubrimientos adicionales. Además, ofrecen a la entidad auditada la oportunidad de implementar cambios y aplicar las mejoras o correcciones sugeridas, fomentando así una gestión más eficaz y conforme a las normativas.

Resultados de la Implementación de las Recomendaciones y Perspectivas de Futuro

Pese a lo importante del contenido y la esencia de estas recomendaciones, la tasa de implementación no ha sido el óptimo, debido principalmente a la falta de acción de los funcionarios encargados. 

Finalmente, es crucial destacar que la asignación de personal exclusivamente dedicado al registro, seguimiento, evaluación y coordinación con la entidad auditada dentro de los Órganos de Control ha demostrado un impacto positivo y directo en la implementación de las recomendaciones. Desde el año 2021, se ha observado una tendencia al aumento en el porcentaje de recomendaciones implementadas, especialmente después de un año donde la cantidad de recomendaciones no implementadas era más alta. Este cambio destaca la efectividad de priorizar el seguimiento estructurado y sistemático dentro de los objetivos institucionales de las Entidades Fiscalizadoras Superiores.

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